Los resultados de octubre que dejaron una exigua derrota en la Provincia de Buenos Aires provocaron la apertura de un cisma de dimensiones difíciles de calcular, que tendrá a Cristina Kirchner y al gobernador Axel Kicillof como figuras preponderantes pero que, además, promete desatar múltiples frentes de batallas. Entre ellas el de la conducción del PJ Bonaerense en el futuro cercano. El debate entre los espacios sólo superficialmente puede resumirse a si estuvo bien o no desdoblar los comicios en el distrito más importante del país. Por detrás asoman modelos de liderazgo y, por sobre todo, quiénes son los que lo llevan adelante. El viernes fue, al menos, agitado. Cristina Fernández de Kirchner dio a conocer una extensa carta en la que analiza la derrota electoral. El kicillofismo, por su parte, tuvo un cónclave en Berazategui con el grueso de los intendentes bonaerenses, esos a los que el cristinismo acusa de haberle sacado el cuerpo a la elección. La expresidenta cargó contra el desdoblamiento, pero no sólo dijo eso. Cristina volvió a pedir un debate programático para el peronismo y señaló "una fuerte ofensiva para tratar de romper el peronismo y el campo nacional y popular en su conjunto". En las otras tribus peronistas la acusan, por estas horas, de conspirar contra esa misma unidad con análisis sesgados en los que nunca asume responsabilidad por las derrotas pasadas, e incluso, por las actuales en distritos que ella, en su carácter de presidenta del PJ, mandó a intervenir. El kicillofismo, en tanto, tuvo su cónclave en la tarde del viernes. Aunque los voceros oficiales no hablan de una respuesta a la carta de Cristina, sí lo hizo el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, quien insistió en la pertenencia del desdoblamiento. Trascendió también que algunos de los presentes llevaron la idea de insinuarle al gobernador la necesidad de que depure su gabinete de ministros de La Cámpora. Ellos son los que dicen que hay que romper todo contacto con el kirchnerismo. Pero cerca del gobernador eligen transmitir otra cosa, subir al ring a Javier Milei: "Tenemos mucha preocupación por la actitud sectaria y antidemocrática al no convocar a 4 provincias al encuentro de gobernadores". Sin embargo, más allá de la guerra discursiva que ya nadie oculta, hay dos escenarios que visibilizarán cual es el grado de la grieta peronista. El primero es el debate del presupuesto provincial que será presentado el próximo lunes en sociedad. El gobernador, que hace dos años que no cuenta con esa herramienta, deberá afrontar nuevamente una legislatura que le es adversa, tanto por la mayoría de los legisladores opositores como también por la disidencia interna. Para ejemplificar, hoy cuenta sólo con dos senadores. En diciembre tendrá un panorama mejor, pero de ninguna manera holgado. Tendrá que negociar para conseguir sus leyes. El segundo terreno de disputa será la conducción del partido en el distrito de mayor volumen político del país. De ambos cruces, cobrará más relevancia el debate por la conducción del PJ, hoy en manos del diputado Máximo Kirchner, cuyas autoridades deben ser renovadas a mediados de diciembre. Un mapa de candidatos para el PJ de la provincia debe incluir al hijo de los presidentes Kirchner. La senadora provincial y diputada nacional electa, Teresa García, ya dijo que Máximo debiera seguir en ese lugar. Desde Malvinas Argentinas, el intendente Leonardo Nardini, se sumó al pedido. Cerca de Kicillof sostienen que él no irá por la confrontación directa con los Kirchner, pero que no vetará a nadie que quiera competir por el lugar. Muchos intendentes y algunos de sus colaboradores creen que debe hacerlo. Hace pocos días, uno de sus ministros, Andrés "El Cuervo" Larroque, dijo que no descartaba hacerlo. También circuló fuerte una candidatura de la vicegobernadora Verónica Magario, una dirigente de La Matanza que supo ser jefa Comunal. Por otro lado, hay varios intendentes que quisieran probarse el traje de conductor. En el grupo de los casi 50 que trabajan junto al gobernador también habría más de un interesado, como el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, por caso. No hay que descartar a Fernando Gray, hoy equidistante de los grupos mayoritarios del peronismo, algo que lo llevó a presentar su propia lista de diputados. "Los 70 mil votos de Gray nos hubieran dado la victoria", se escuchó decir en el bunker platense de Fuerza Patria, dónde se lamentaron por no haberlo podido "contener". Más allá de quienes sean los candidatos, conocedores de la historia partidaria comienzan a mostrar preocupación por los tiempos formales de convocatoria. "Los plazos están vencidos y eso te coloca en una situación irregular. Ya nos han intervenido. Estamos en una situación compleja. El 18 de diciembre vencen los mandatos. Si mañana llamás a elecciones, se elige el 3 de enero y tenés un mes para contar los votos. Estos dos meses sin autoridades o con autoridades con mandato vencido", señaló una fuente irrefutable del peronismo en diálogo con El Cronista. Una explicación para la demora podría estar en un acuerdo de cúpulas previo que ahora estaría en dudas. La hipótesis sugerida por un dirigente es que existió, hace meses, algún entendimiento entre las partes para que Máximo Kirchner siga al frente del PJ. "Otro país", cerró el dirigente.