En tiempos de recesión, hablar de desarrollo económico parece utópico. Sin embargo, el economista Bernardo Kosacoff, con amplia trayectoria en esta disciplina, y varias crisis sobre el hombro, salió por un segundo de la coyuntura macro y dio su visión de las tareas pendientes para el largo plazo. En diálogo con El Cronista, Kosacoff aseguró que la Argentina tiene "muchas Vaca Muerta" que debe aprovechar y que generarían divisas, empleo e innovación, con derrame a toda la economía.

Un economista dijo que la única estrategia que tuvo la Argentina para escaparle a la trampa de los ciclos de "Pare y siga" es la devaluación. Para otros, el problema reside en que no ahorramos para pasarla mejor en las malas épocas. ¿Qué visión tiene de esto?

Para salir de esta trampa es primordial tener políticas anticíclicas. Cuando viene el financiamiento, crece el consumo y ya ahí nos sentimos que somos ricos. En este punto, que es el momento en donde los países aprovechan para ahorrar e invertir, donde se califican los recursos humanos, donde se generan mayores gastos en investigación en desarrollo, nosotros incrementamos los consumos tanto públicos como privados. Y justamente, cuando se daban estos desequilibrios fiscales y de cuenta corriente, nos enfrentábamos a una situación que ya habíamos vivido: la única forma de corregirlos era con una fuerte recesión.

¿Cuáles fueron las consecuencias de esta dinámica que se repite en cada ciclo?

El resultante de ello en el largo plazo fue una economía que no creció, ni siquiera a la par de América latina, que fue la región que tuvo menores tasas en las últimas décadas. Pero no solo no pudo crecer: no mejoró su productividad. Además, todos los procesos de ajuste fueron financiados con procesos de regresión social. Y esta es una trampa de la cual tenemos que salir. Para esto, se requiere pensar cómo se van a poner los incentivos para aumentar la tasa de ahorro y que ese ahorro provenga del mercado interno. Porque el problema es que gran parte de este componente lo hemos exteriorizado.

La recesión actual, ¿se está subestimando o exagerando?

Para empezar, quiero aclarar que hay dos componentes que nos diferencian de la crisis del 2001, que fue notablemente más profunda. En 2001, no estaban los programas de contención social que existen en este momento. Lo único que se armó en un primer momento fue en 2002 el plan de Jefes y Jefas, que fue un aporte mínimo frente a la contención social que existe hoy en términos de gasto de Gobierno. El otro punto es que tenía un nivel de deuda que superaba sus activos. Y más de 30% de los préstamos bancarios estaban en la cartera de morosos y eran incobrables.

¿Qué ocurre con estos dos puntos en el contexto actual?

Hoy en día, sabemos que hay serios problemas en la cadena de pagos, que hay atrasos, que la tasa de interés es incompatible con la producción, pero el nivel de deuda que tiene el sector privado es notablemente más bajo y el nivel de morosidad es uno de los más bajos de la historia argentina. Y esto no te arrastra una crisis de sistema bancario. Al contrario, son muy buenos años para el sistema bancario argentino. Y estas dos diferencias -los niveles de endeudamiento del sector privado y los programas de contención social que hay ahora- creo que nos diferencian claramente del contexto que veíamos en el 2002.

¿Qué espera para el año que viene?

Están dadas las condiciones para que haya una recuperación. Hay un supuesto en el cual el Gobierno va a poder manejar la gobernabilidad. Y, si quiere competir en las elecciones, necesita que haya un rebote y recupere la actividad lo antes posible.

La economía iba a crecer un 3,5% este año, y terminará cayendo en más de 2% a causa de las turbulencias externas. ¿La Argentina puede crecer sola, sin la necesidad de "vientos de cola" que vengan de afuera?

Creo que las condiciones externas son oportunidades o restricciones muy fuertes que tiene la Argentina, pero fundamentalmente es clara la necesidad de una estrategia de desarrollo económico de largo plazo y de construcción institucional para aprovechar los enormes potenciales que tenemos. Cuando hablo de potencialidades, me refiero a muchas ventajas de las cuales no somos conscientes. Tenemos todavía el boom demográfico, los beneficios de tener gente joven, además de la enorme disponibilidad de recursos.

¿Por qué se insiste con la industrialización, en vez de explotar aún más y mejor sectores primarios y los servicios que se encadenan detrás de estos, tal como lo hizo Australia, Noruega y Nueva Zelanda?

Este punto es importante porque hoy la Argentina tiene muchas Vaca Muerta que no aprovecha. Hay que aprovechar los recursos que tenemos ya, ahora. La discusión pasa por cómo se pueden hacer los eslabonamientos para generar bienes sofisticados. El ejemplo de países como Australia, que pudieron aprovechar mejor los recursos naturales por encadenarlos con servicios sofisticados, con bienes de capital y con clientes en las cadenas posteriores, es el tránsito que debe tener la economía argentina.

¿Cuáles son estos sectores?

La minería, que todavía está en los inicios de explotación. El potencial forestal. Aprovechar mejor las plataformas marítimas, que son de interés para los inversores internacionales. La Argentina tiene mucho más que Vaca Muerta en términos de recursos.

En el G20, la Argentina buscará generar acuerdos comerciales para alimentos y servicios. ¿Es coherente?

La realidad es que es muy claro que, en las negociaciones internacionales, es muy fácil vender commodities primarios. Si se buscara vender productos muy diferenciados se necesita influir en todos los procesos de negociación para que se pueda llegar a un resultado.

¿Qué proyecta para el comercio en 2019?

Vaca Muerta ya está dando dólares. Este último trimestre del año lo vamos a tener con superávit comercial que, hacia 2019, va a terminar en unos u$s 7000 millones. Obviamente, vamos a seguir con los problemas de la cuenta corriente porque tenemos que pagar los intereses del endeudamiento. A la vez, es una de las esperanzas del año que viene es que Brasil crecerá en 3%. Este es el factor más importante nuestra balanza comercial.