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El INDEC difundió este martes la inflación de precios minoristas, que alcanzó en enero al 3,9%, el indicador más alto desde abril de 2021, con una fuerte suba del 4,9% en la canasta de alimentos y bebidas.

El alza del costo de vida trepó al 50,7% interanual, nivel en el que se mantiene desde junio del año anterior.

LOS PRODUCTOS FRESCOS, LOS QUE MÁS SUBIERON

Los productos frescos encabezaron las subas en el primer mes del año, con un importante incremento mensual del 9% en sus precios estacionales.

Con un 30,8% estimado por el organismo que encabeza Marco Lavagna, la categoría verduras, tubérculos y legumbres marcó el registro más elevado, y registró en enero casi la mitad del incremento interanual (62,4%). El tomate (82,2%), la lechuga (51,1%), la papa (14,2%) y la cebolla (11,3%), en ese orden, fueron los que más subieron.

La fuerte ola de calor que azotó a la Argentina a mediados de enero fue la principal causante de originar sequías en distintos puntos del país. Esto explica porque encontramos productos estacionales muy costosos. De hecho, se espera que los precios también permanezcan altos durante el invierno.

LAS RAZONES DETRÁS DEL AUMENTO DEL TOMATE

Pablo Vernengo, director de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), comentó que en el último mes "las producciones intensivas estuvieron muy comprometidas por las temperaturas".

En un contexto de inflación y suba de precios, el especialista añadió que los tomates este año aumentaron un 100% y se pueden conseguir en precios que rondan los $ 500. "Hemos llegado a pagar $ 6000 el cajón de tomates, que debería valer cerca de los $ 2000", explicó.

Al respecto, cabe mencionar que CAME relevó en diciembre pasado que el precio que recibió el productor por el kilo de tomate fue de $ 31,75 y el consumidor pagó $ 152, una diferencia del 378,74%, y donde el sector primario tuvo una participación del 20,9% en el precio final del producto.

Los tomates, como otros productos estacionales, se cosechan en invernaderos. Durante una campaña habitual, las condiciones para la producción se mantienen estables, no siendo el caso de este primer mes del 2022: según la opinión de los especialistas, si la temperatura exterior es de 40 grados, el tomate dentro del invernadero llega cerca a los 60 grados de calor.

"Fueron temperaturas que no estamos acostumbrados a sentir. La logística de estos productos tan frescos también se resiente y eso se refleja en el precio, donde cuesta mucho llevarlo a los distintos mercados", indicaron desde la entidad y agregaron que es lógico que los pocos productos que fueron "recuperados" lleguen a las verdulerías a precios elevados.

POR QUÉ AUMENTÓ TANTO LA LECHUGA

En cuanto a la lechuga, el problema sigue siendo el mismo. Tanto la ola de calor como las lluvias, de la semana siguiente, son las principales autoras ya que provocaron grandes pérdidas en las plantaciones. Tan es así que en la Ciudad de Buenos Aires, la lechuga -en cualquiera de sus variantes: criolla, francesa o de manteca- se consigue a un precio promedio de $ 700 - $ 800 el kilo; mientras que en el interior de la provincia de Buenos Aires el precio subió hasta los $ 1000 el kilo.

Dada esta situación, los comerciantes afirman que "hubo una caída en la oferta en los mercados mayoristas, donde habitualmente obtienen la provisión para la venta al público".

La cosecha reciente no tuvo la misma cantidad en la producción y dejó con poco stock de la verdura de hoja verde a las verdulerías y mercados de abasto que distribuyen productos en todo el país.

Como consecuencia de este crecimiento abrupto, en las últimas semanas hubo mayor demanda en otros comercios, como la rúcula, el repollo, espinacas y acelgas. No obstante, los productores de lechuga aseguraron que esta anormalidad en la falta de stock se verá compensada en las próximas semanas.

Estiman que recién en 15 o 20 días podría aumentar el abastecimiento, lo que hará bajar el precio en los comercios.