Circulaba sopa de arvejas y champán en el Palacio Bosch cuando el funcionario del equipo económico se detuvo durante el encuentro por el Día de la Independencia de Estados Unidos y aseguró: "Nosotros miramos todos los riesgos y también actuamos".

La frase anticipó casi 10 días lo que el Gobierno fue paulatinamente poniendo en marcha. La aplicación de una serie de medidas para salir del brete en el que el mismo Presidente se había metido cuando tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional había anunciado que:

  • el tipo de cambio iría al piso de la banda de flotación porque "todos los factores económicos y la teoría de la paridad del poder de compra" (sic) así lo indicaban;

  • que no había un problema de atraso cambiario.

  • no era importante acumular reservas si el dólar está flotando;

  • la Argentina iba a volver a los mercados de deuda dado que el riesgo país estaba por tocar los 550 puntos básicos.

De a poco, entonces, se empezó a apelar a la estrategia de "cambiar" algunas decisiones clave pero sin que se note. La aparición del ministro de Economía, Luis Caputo, en el marco de la conferencia del IAE Business School de la Universidad Austral este martes intentó escenificar los giros en ese sentido. Tuvo la poco habitual particularidad, a su vez, de que incluyó una presentación con cuadros como quien quiere hacer una explicación detallada de lo que está haciendo.

Si bien la exposición se viralizó por la expresión canchera "comprá, campeón" y por los ataques a empresarios, políticos, periodistas y economistas que venían marcando inconsistencias, el desarrollo de la charla incluyó una clarificadora explicación de la visión que tiene el Gobierno y -atención- el reconocimiento de los giros que se están aplicando de manera silenciosa.

"Hay un esfuerzo por corregir un par de percepciones que están medio instaladas y no compartimos", admitió una altísima fuente del equipo económico. Después del juego respecto de si el tipo de cambio está bajo o no, Caputo mostró un cuadro para exhibir que desde el acuerdo con el FMI, -a mediados de abril- el peso se depreció un 12% en la Argentina mientras que en un puñado de otros países desde Brasil, Colombia y hasta en el continente europeo hubo apreciación cambiaria de entre el 4 y el 10%.

Es decir, después de meses y meses de negar que debería haber un retoque en el precio del dólar y tras anticipar que el valor se iría a $1000 o menos porque la nueva Argentina había cambiado y demás, el mensaje se modificó sutilmente: "La competitividad mejoró", dijo sin decir el titular del Palacio de Hacienda. Digamos, o sea, que había una variable que debía corregirse y se corrigió. De hecho, el mercado observa que mientras durante quince meses el dólar subía 2% o 1% por mes, ahora lo hace a veces 1% por día.

En igual sentido, quedó en el olvido el mensaje que había expuesto el presidente Javier Milei respecto de lo "innecesario" de tener reservas acumuladas si el régimen de manejo del dólar es la flotación entre $1000 y $1400 como había establecido el acuerdo con el Fondo en un principio. "No hace falta tener reservas", había dicho por radio, sin más.

Esa es una de las "percepciones" que se dispusieron cambiar en el Poder Ejecutivo. "No se ningunea la acumulación de reservas" -afirmó la misma alta fuente- "pero se argumenta que hay diferentes herramientas y maneras de hacerlo".

Así, Caputo expuso por primera vez también en el IAE que el Tesoro tiene cuatro mecanismos para acumular reservas "con superávit, sin emitir". Economía se hará de dólares cuando alguna provincia pida préstamos en moneda extranjera y tenga que vender esas divisas en "block trades", cuando se concesionan rutas o servicios al sector privado, cuando se vendan terrenos públicos o con alguna privatización que podría ocurrir rápido. En el Ministerio de Economía estiman que podrían sumar en breve hasta USS1000 millones con el traspaso de una compañía como Aguas y Saneamientos (AYSA) entre otras empresas públicas pero no ofrecen más precisiones.

Además, desde la Secretaría de Finanzas que conduce Pablo Quirno comenzaron a restarle importancia a otra afirmación que había hecho el jefe de Estado sobre la vuelta a los mercados de deuda una vez que el riesgo país se acercara a los 550 puntos básicos, algo que parecía cercano hace un mes y medio pero que se alejó por el contexto global y la falta de acumulación de reservas genuina en el plano local.

Por eso el equipo económico baja un mensaje: "Trabajamos vencimiento a vencimiento". Como ya está cerrado el pago cash de este mes, luego se trabajará en asegurarse los dólares para 2026 y así. "Si en algún momento se puede refinanciar, se refinancia. Si no, se demuestra que está la plata para pagar", explican.

En este nuevo contexto, no se descarta que eventualmente el tipo de cambio pueda seguir acomodándose hacia arriba siempre dentro de la banda, pero en el Banco Central consideran que el traspaso a precios debería ser muy bajo porque, por un lado, cada vez hay más mercados "funcionando normalmente" y porque en buena medida se abastecieron de importaciones entre marzo y abril antes de la modificación del régimen cambiario. "Hoy tienen cero espacio para colchonearse en precios o margen de rentabilidad si dudan de las anclas antiinflación", se entusiasman.