El Tesoro de los Estados Unidos anunció ayer los primeros pasos en el auxilio que acordó con Argentina. La compra de pesos a través de la venta de dólares en el mercado cambiario local fue el primer paso.
Para el martes próximo se esperan mayores detalles sobre el swap de u$s 20.000 millones que se cerró en las negociaciones entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent. El anuncio se espera que se concrete por los dos presidentes, Javier Milei y Donald Trump, en la Casa Blanca.
La velocidad de la ejecución del plan de asistencia de Estados Unidos fue elogiado por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), quien a través de su directora gerente, Kristalina Georgieva, destacó la "potencia" de la asistencia.
Efectos
Entre las dudas que se destacan están la del costo o las implicancias de semejante asistencia. El propio Bessent habló sobre la relevancia geopolítica de esta asistencia y dijo que Milei está "comprometido con sacar a China de Argentina". Además, señaló que el gigante asiático está detrás de la explotación de las tierras raras y el uranio en nuestro país, y que Estados Unidos busca evitar otro "Estado fallido".
Esto planteó dudas entre los economistas locales. La intención de correr a China excede las implicancias de acuerdos geopolíticos sino que interviene en las dinámicas comerciales propias. China es el segundo socio comercial en relevancia y lidera las compras del complejo agroexportador. En el sentido inverso, también es el segundo país de origen de nuestras importaciones con gran incidencia de los bienes de capital e intermedios.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo en el marco del anuncio del acuerdo entre YPF y ENI, que las declaraciones de Bessent sobre las relaciones de Argentina con China respondían al contexto del anuncio, pero que "Argentina tiene con China relaciones comerciales que las seguirá teniendo. Otra cosa son las relaciones políticas, que tendrán más que ver con la preocupación de Estados Unidos".
Otra de las dudas viene desde Estados Unidos. El exsecretario del Tesoro, Mark Sobel, dijo que aún quedaban muchas preguntas sin responder respecto de la compra de pesos. Por ejemplo, si el Fondo de Estabilización Cambiaria iba a incorporar al peso dentro de sus libros, dado que hasta ahora solo mantenía euros y yenes. "¿El FSE incorporó pesos en sus libros? De ser así, ¿asumirá el riesgo cambiario y recuperará pesos? ¿Mantiene el FSE pesos en depósitos/bonos?", cuestionó Sobel.
Además, cuestionó si la condicionalidad para Argentina será la flotación cambiaria, algo que se dio por tierra cuando tanto Bessent como Georgieva ratificaron el esquema de flotación cambiaria entre bandas: "¿Se firmó el documento legal? ¿Se hará público? ¿Se extenderán los 20 000 millones de dólares? ¿Fecha de vencimiento del swap? Según la tradición crediticia del FSE, ¿cuál es la fuente de reembolso asegurada? ¿Está Argentina asumiendo riesgo cambiario? ¿Cuál es el precio: coste + bonos del Tesoro?".
Sospechas
Sin embargo, la crítica más contundente vino del ganador del premio Nobel de Economía, Paul Krugman. El economista no solo criticó el acuerdo por falta de justificación económica, sino que además plantea que la decisión de Bessent es para salvar a aliados locales.
Según el ganador del Nobel, los dólares de los contribuyentes estadounidenses serán usados para financiar la fuga de capitales en Argentina y que quienes apuestan contra el peso "tienen motivos políticos oscuros contra Milei. No pueden estar retirando su dinero simplemente porque la estrategia está fracasando".
"La maniobra de Bessent no sólo buscaba salvar al Elon Musk del Sur, sino también a sus amigos de los fondos de cobertura", agregó el economista en una columna.
Así, explica que "el dinero entra, sostiene el peso y permite que los fondos vendan sus activos a precios inflados, para luego salir del país y dejar que la moneda se derrumbe otra vez".
Comprar barato y vender caro fue uno de los argumentos que usó Bessent para defender la utilidad de intervenir en Argentina, ya que, sostuvo, el pesó está "subvaluado".
Uno de los beneficiarios de esta estrategia sería el millonario Rob Citrone, un empresario amigo de Bessent y con tradición en los fondos de inversión, que habría comprado una gran cantidad de activos argentinos antes del anuncio del préstamo.
"¿Aprovechará Citrone el préstamo puente de Bessent, respaldado por los contribuyentes, de finales de septiembre -porque eso es todo- para tomar su dinero y huir? Si no lo hace, es un ingenuo, porque eso es lo que hacen todos los inversores inteligentes. Argentina está gastando miles de millones de dólares en reservas para defender el peso mientras todos se apresuran a salir", agregó el economista sobre el amigo de Bessent.