La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto a su par de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Brasil, Dilma Rousseff, llegarán esta noche a Paraná, para participar mañana de la cumbre de mandatarios del Mercosur en la capital entrerriana, según anunció hoy el gobernador Sergio Urribarri. Urribarri reveló esta tarde el arribo de los tres mandatarios, que se sumarán al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien llegó a la capital entrerriana esta madrugada. En tanto, el presidente uruguayo, José Mujica, viajará mañana desde Montevideo y volverá el mismo miércoles, tras la finalización de la reunión de jefas y jefes de Estado del bloque regional, aseguraron a Télam fuentes de Presidencia de Uruguay.

El comercio, gran tema en agenda

Pero esta cumbre no será como cualquier otra. Los problemas de balanza comercial del Mercosur meten presión para que el bloque desempolve las dilatadas negociaciones con la Unión Europea y busque nuevas alternativas comerciales, como Rusia.

La unión regional hace años que no sella un acuerdo comercial "de peso" con terceros países o bloques.

Sus últimos convenios comerciales los firmó el año pasado con Surinam y Guyana, las naciones más pequeñas de Suramérica, y anteriormente, en 2010, rubricó pactos de preferencias comerciales con Palestina y Egipto.

La gran negociación en agenda, la iniciada en 1999 con la Unión Europea para crear un área de libre comercio, estuvo por años congelada, a la espera de una resolución de la Ronda de Doha en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio y empantanada por posiciones inflexibles a ambos lados del Atlántico en defensa de los propios intereses.

Pero ahora algunos miembros del bloque parece que quieren reavivar las conversaciones con los europeos.

En noviembre pasado, negociadores de ambas regiones mantuvieron una vídeo-conferencia en la que desde el Mercosur hicieron saber que ya tienen lista su oferta "ambiciosa y equilibrada" de bienes, servicios, inversiones y compras gubernamentales y pidieron fijar una fecha para el intercambio de las propuestas.

Pero los europeos contestaron que aún no han finalizado con el proceso de consultas internas por lo que todavía no cuentan con una oferta para esos capítulos.

Detrás del renovado interés de algunos miembros del bloque por acelerar las negociaciones están los problemas de balanza comercial de los miembros del Mercosur, en especial de Brasil, la mayor economía de la región y que acumuló entre enero y noviembre pasado un déficit comercial de 4.221 millones de dólares, valor quince veces superior al saldo negativo registrado en igual periodo de 2013.

En el caso de Argentina, Cristina ejercerá su última presidencia pro témpore. Pese a que Argentina aún conserva el saldo positivo en su balanza comercial, 6.151 millones de dólares en los primeros diez meses del año,ese superávit cayó un 14,5 % respecto al mismo lapso del año pasado y se va licuando. Sería una buena señal que Cristina se despida del bloque con la firma de estos acuerdos, pero no hay pistas a la vista de que esto suceda.

Es por eso que sin un acuerdo con la Unión Europea en el corto plazo, el Mercosur, que el próximo semestre estará comandado por Brasil, busca alternativas, como la Unión Aduanera Euroasiática (UAE), conformada por Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, con cuyos representantes abrieron un diálogo, también en noviembre, con vistas a firmar un memorando de cooperación en materia economía y comercial.

Además, este semestre el bloque regional inició conversaciones con la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México) con vistas a una mayor integración comercial y ha entablado negociaciones para sellar acuerdos de preferencias arancelarias con Túnez y El Líbano.

Cambio de rumbo

Todo hace prever que la reelegida mandataria brasileña, Dilma Rousseff, que este miércoles asumirá su segunda presidencia en el Mercosur, intentará sacar adelante la negociación con la UE y las conversaciones con otros países, como Corea del Sur y Pakistán, apurada por las propias demandas domésticas que le exigen dinamizar el comercio exterior brasileño.

Si las voces de los poderosos industriales brasileños no fueran ya suficientes para promover un esfuerzo diplomático en la agenda exterior del mayor bloque suramericano, a ellas promete sumarse el electo presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, quien en su primer gobierno (2005-2010) muchas veces se mostró critico ante el estancamiento del bloque.

Quien sería su ministro de Economía, Danilo Astori, se mostró a favor de un "regionalismo abierto" y anticipó que insistirá en que el Mercosur flexibilice las reglas que ahora mismo vedan a los socios negociar acuerdos con terceros países en forma individual y no como parte de un bloque, una posibilidad que difícilmente Argentina y Brasil, en menor escala, estén dispuestos a convalidar.