

La guerra comercial entre Estados Unidos y China está tiñendo las relaciones económicas a nivel global, con efectos previsibles pero también ocultos sobre la producción de bienes manufacturados. Para la industria siderúrgica de América Latina la principal amenaza, no obstante, es la posición que tiene China respecto de este mercado.
Las denuncias contra el gigante asiático en relación al exceso de oferta o lo que en la jerga se conoce como sobre capacidad de producción, no son nuevas. De hecho, desde 2016 se reúne el Foro Global sobre Exceso de Capacidad en Acero (GFSEC) en el marco del G20, cuyas reuniones fueron encabezadas el año pasado por Argentina, en su condición de presidente pro témpore del grupo.
Pero no es sólo la superproducción de acero, las acerías de la región también hacen referencia a los subsidios y la exportación de bienes a valores de dumping por parte de Beijing, que contribuyen a inundar los mercados con productos a bajo precio, en lo que se considera una competencia desleal.
Frente a ello, las principales espadas de la industria del acero en la región -hay 44 empresas asociadas a Alacero-, donde tallan fuerte compañías de Argentina, Brasil y México, hicieron una fuerte defensa del mercado regional, instando a los gobiernos latinoamericanos a adoptar medidas específicas de protección, siguiendo el ejemplo de países como México y, en menor medida, Colombia.
Las principales industrias del acero en la región instaron a los gobiernos a adoptar medidas de protección
Fue en el marco de Alacero60, la sexagésima edición del Congreso Latinoamericano del Acero, que tuvo lugar ayer en el Hotel Hilton de Buenos Aires, donde se congregaron unos 800 referentes del sector a nivel global.
"En nuestra agenda con los gobiernos, debemos impulsar condiciones para el desarrollo de la industria, con inversión en infraestructura y entornos favorables para el crecimiento de pymes que forman nuestras cadenas de valor de clientes y proveedores, locales y regionales", señaló Máximo Vedoya, CEO de Ternium y titular de Alacero.
Sobre este punto Vedoya recordó el caso de Brasil y otros países que están avanzando en reformas estructurales, en un contexto en el que la protección de los mercados está a la orden del día. "Hoy las tensiones comerciales que existen en el mundo, y en particular entre Estados Unidos y China, responden a una guerra por el empleo; y en América Latina, no estamos ajenos a este problema", precisó el ejecutivo.
Por su parte, la relación de América latina con China en materia comercial fue caracterizada por Vedoya como de primarización de las exportaciones de la región. En contraste, China se especializa en productos industrializados y cada vez tiene una mayor penetración, lo que en algunos segmentos golpea de lleno a la industria siderúrgica.
Por cada millón de dólares de productos metalmecánicos importados se pierden 60 empleos en la región
Pero además, el consumo per cápita de acero es un indicador del desarrollo industrial de los países. Mientras en China es de 600 kg por persona cada año, en Estados Unidos llega a 300 kg y América Latina, promedia los 106 kg por persona anuales.
En los últimos dos años la presencia de productos terminados chinos en la región creció 32%, en las industrias automotriz y metalmecánica. Vedoya aseguró que "por cada millón de dólares de productos metalmecánicos importados, se pierden más de 60 empleos en la región". En parte la guerra comercial es una guerra por el empleo, apunta.
La industria del acero en la región tiene "muchos argumentos para defender la producción local en un mundo donde cada vez más, nuestros clientes demandan una industria sustentable en todos sus aspectos" precisó Vedoya.
La sustentabilidad ambiental es un claro ejemplo. El ejecutivo enfatizó que por cada tonelada producida en la región, se emiten 1,6 ton de CO2, un valor que está por debajo del promedio mundial (1,8) y mucho menos que el de China que se ubica en 2,3 toneladas de CO2. "Cuando se produce una tonelada de acero en China y se deja de producir en nuestra Latinoamérica, se emite un 44% más de dióxido de carbono a la atmósfera", enfatizó Vedoya.













