"En los próximos doce meses vamos a haber convergido al nivel de inflación internacional", prometió el ministro de Economía, Luis Caputo, en el Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). El equipo económico dice que no hay razones en la macroeconomía para que haya inflación, por lo que a mediados de 2026 debería desaparecer y confluir hacia el nivel internacional. Según estimó el FMI, la inflación global caería en 2025 y sería del 4,3%, aunque a un ritmo menor al que esperaban en enero. Para 2026, la proyección es del 3,6%. Ambas mediciones son anuales. Mientras tanto, la expectativa del FMI para Argentina es que en diciembre se ubique entre el 18 y el 23%. La proyección global del FMI fue corregida en abril, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara un aumento en los aranceles. El movimiento resucitó las expectativas de inflación globales. El camino para converger a la inflación internacional todavía es largo y con desafíos. Caputo mostró la caída del sobrante monetario para explicar que el tipo de cambio se mantendría en niveles bajos ya que "no hay pesos" para que un salto en la demanda empuje el valor del dólar. El precio del dólar es uno de los desafíos. Según explicó Haroldo Montagu, economista jefe de Vectorial, la cambiaria es hoy la principal ancla inflacionaria. "En la medida que se controle el tipo de cambio con una política cambiaria de intervención con bandas, pero que repercuta en un aumento o estabilidad de las reservas, va a poder seguir" en un sendero de desinflación, dijo Montagu a El Cronista. La otra variable es el crecimiento económico moderado: "En la medida en que la demanda aumente porque los salarios recuperan, puede provocar un repunte inflacionario". Esto último va en línea con la postura del Gobierno de no convalidar paritarias superiores a la inflación esperada. Federico Filippini, economista jefe de Adcap Grupo Financiero, explicó que la inflación corre a un ritmo del 2%, mientras que la de Estados Unidos corrió al 0,2% mensual en abril. "Los aumentos salariales, de los precios regulados y del dólar son los factores aún le ponen una inercia importante a la inflación en el corto plazo. Otro elemento que sumó Filippini como necesario (aunque insuficiente) es la corrección de los precios relativos, para converger de forma sostenida a una inflación internacional. En la inflación internacional impactan otros factores que, si bien juegan en Argentina, siempre quedan por detrás de los factores locales. Más allá de las políticas monetarias, entran en juego factores como las tensiones geopolíticas, la guerra comercial y el cambio climático. Esteban Actis, doctor en Relaciones Internacionales, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Rosario explicó que el mundo atraviesa una "globalización de riesgos" y de mucha incertidumbre que va a tener un impacto en la inflación mundial. Sobre las tensiones geopolíticas, desarrolló que la irrupción de un nuevo conflicto internacional (siendo las tensiones más recientes entre occidente e Irán) puede disparar el precio del petróleo al tensionar las cadenas de suministro. El otro factor que subrayó Actis es la política comercial de Trump. La pausa de la guerra arancelaria con China y la suspensión por 90 días de los aranceles globales anunciados en el Liberation Day, "empezó un retroceso, pero el plan original ya tiene un impacto inflacionario en la economía norteamericana y mundial". El especialista agregó que esto implica "una presión comercial inflacionaria que hoy está en veremos, pero que perdura con volatilidad e incertidumbre mayúsculas". El último factor es el más cuestionado por el oficialismo a raíz de su descreimiento en el fenómeno, es el cambio climático. "Se pueden dar eventos climáticos que afecten la producción del agro o la energética e impactar en los precios", concluyó Actis y agregó que esta globalización de riesgo tiene presiones inflacionarias que exceden la política económica.