Los técnicos delFondo Monetario Internacional (FMI) que llegaron esta semana a Buenos Aires ya están revisando el estado actual de los dólares en las reservas internacionales del Banco Central (BCRA), la evolución del gasto público y de la recaudación de impuestos y el rebote de la inflación, aún indomable pese a los acuerdos de Precios Justos. Las metas del cuarto trimestre de 2022 se cumplieron, tanto el desempeño fiscal (déficit primario equivalente a 2,4% del Producto Interno Bruto -PIB-) como la emisión monetaria y la acumulación de dólares en las reservas. Por eso, el staff del organismo busca evaluar el camino político trazado hasta las elecciones antes de habilitar el giro de 4000 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) o unos u$s 5350 millones a fines de marzo. Según conocedores de la negociación, a la conducción política del Fondo -los Estados Unidos, Europa, Japón y China- prestan más atención a la voluntad de cumplir y las acciones concretas tomadas que al efectivo cumplimiento de las metas. En ese sentido, uno de los puntos críticos del acuerdo es el ajuste en el gasto público, que en enero fue del 14,4% real. Según la consultora Analytica, que mide la evolución del gasto cada semana, durante el primer mes del 2023 el gasto cayó un equivalente a $ 210.000 millones a precios constantes de enero 2022. El dato contrasta con una leve caída del 2% real de la recaudación tributaria por una menor liquidación de la cosecha del campo, que se tradujo en una disminución del ingreso de dólares y del cobro de Derechos de Exportaciones (retenciones). En cuanto a lo fiscal, el Gobierno no completó la segmentación de los subsidios a las tarifas de la energía prometida al FMI, sino que en la electricidad mantiene cerca del 30% de la ayuda del Estado a los usuarios de ingresos altos y a los que no se inscribieron en el Registro de Acceso a los Subsidios de la Energía (RASE), aún abierto para quienes lo necesiten. Pese a eso, la estimación en los despachos oficiales es que el reciente ajuste de las tarifas implicará un ahorro fiscal de $ 160.000 millones este año. De acuerdo a un trabajo de Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo, los subsidios energéticos alcanzaron en 2022 el equivalente en pesos a u$s 12.335 millones, un 2% del PIB. La cifra nominal fue mayor que en 2021 (u$s 11.003 millones) pero el impacto en el Producto menor, puesto el crecimiento de la actividad el año pasado. La apuesta oficial es que este año suceda lo mismo, y que tanto la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner de Vaca Muerta como la baja de los precios internacionales del gas licuado hagan la diferencia, para reducir a 1,6% del PIB el peso de los subsidios.