

Junio de 2001. Boca domina el mundo del fútbol, sin discusión. Acaba de repetir el título que un año antes había logrado en la Copa Libertadores y va camino a la defensa de su cetro en la Copa Intercontinental. Hegemónico en la cancha, su tesorería también lo afirma como una potencia internacional. Los balances superavitarios se reiteran y sus figuras son codiciadas en Europa. Mejor, imposible.
Mayo de 2011, casi diez años después. La Federación Internacional de Historia y Estadística del fútbol publica su ranking mensual y Boca, el líder de una década atrás, figura 344º, con 12 equipos argentinos por delante. El listado, polémico muchas veces, ahora parece sensato: Boca lleva cinco torneos consecutivos fuera de los diez primeros, no juega torneos internacionales y, si no repunta en las siete fechas que le quedan al torneo Clausura, peleará el descenso la temporada próxima. Las finanzas también van a contramano en relación a aquellos años dorados: se gastaron $ 150 millones en jugadores y entrenadores en el último año y los resultados no aparecen. En diciembre habrá elecciones presidenciales.
¿Cómo se explica semejante retroceso de Boca en una década? La clave parece estar en el último lustro. En lo futbolístico, el tobogán comenzó a partir de la salida de Miguel ngel Russo, técnico campeón de América en 2007. En el final de ese año, Pedro Pompilio asumió la presidencia y, por la recomendación de Carlos Bianchi, contrató a Carlos Ischia como DT y repatrió a Riquelme definitivamente, haciéndolo firmar un millonario contrato por dos años y medio, el mismo que Mauricio Macri, su antecesor, se había negado a sellar con el crack.
El ciclo Ischia duró un año y medio y fue exitoso, ya que además de ser campeón en el Apertura y de la Recopa 2008, Boca llegó a la semifinal de la Libertadores. Sin embargo, marcó el inicio de una serie de desaciertos dirigenciales que se produjeron a partir de la asunción de Jorge Ameal, en reemplazo del fallecido Pompilio. Su primera decisión fue traer de regreso a Alfio Basile, multicampeón en el club entre 2005 y 2006. El 'Coco' se fue tras una derrota en un superclásico veraniego, junto con el manager Bianchi. El 2010 también consumió a Abel Alves y a Claudio Borghi y el 2011, pensado como el año de despegue y del regreso del Boca hegemónico, pone en aprietos a Julio Falcioni, el actual DT, que se resiste a renunciar a un torneo que ya parece clausurado.
El apático empate ante Independiente es la última muestra de un Boca que sigue en caída libre. El mismo que hace una década se jactó orgulloso de ser el mejor, hoy tambalea en un ranking en el que aparece, por ejemplo, debajo de los ignotos Atromitos Athinen de Grecia y Teteks Tetovo de Macedonia.










