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Cuando una empresa se embarca en el desafío de "cruzar" la frontera es importante tener en claro que un análisis profundo de la demanda y el mercado no son garantía del éxito. Existen otras variables que son indispensables para trabajar y tener en cuenta de cara a la internacionalización.
Cuestiones como la cultura, el management y la empatía son piezas claves que complementan a la tan aspirada demanda de mercado.
A eso se le suma, sin lugar a dudas, la flexibilidad como premisa en medio de tiempos globalmente cambiantes.
Desafíos clave
Uno de los principales desafíos tiene que ver con entender en detalle la cultura y las costumbres de cada uno de los lugares donde hacer base. Teniendo en cuenta sus particularidades, realidades, la manera de relacionarse y las necesidades concretas de los clientes. Significa un factor trascendental para poder avanzar con éxito en el nuevo lugar.
En este sentido, así como se segmenta el mercado en nichos de negocios, tipo de servicio a brindar y demás, también es importante, a la hora de expandirse, identificar esos nuevos destinos más allá de la demanda. Analizar la cultura de negocios y de comportamiento y detectar aquellos en los que podemos empatizar y adaptarnos culturalmente a sus requisitos de relación y costumbres.
Otro desafío es la capacidad del Management a aggiornarse a la cuestión cultural. Para garantizar el éxito es fundamental combinar la forma de accionar de la nueva cúpula directiva con la existente. De manera tal que permita tomar esos aprendizajes, capitalizarlos, estar abiertos, ser receptivos y flexibles. Entendiendo que son variables críticas del éxito y así adaptar todos los procesos a la idiosincrasia nativa.
Ser flexible tiene que ver con esa actitud abierta a opiniones, oportunidades nuevas de aprendizaje, a evolucionar y experimentar. Nada mejor que la imagen del junco, una planta que se caracteriza por su habilidad de ser firme y flexible a la vez ante el viento, no cediendo ante éste sino aceptándolo y acompañándolo.
Por último, y en línea con el hecho de saber interpretar la cultura nativa, es fundamental tener empatía con nuestros vínculos. Ya sean internos - personal local- o externos - clientes-. Interpretando, en este sentido, sus comportamientos, necesidades y así ser atinados y efectivos en la manera de abordarlos para lograr el resultado esperado. Siempre, y más allá del mercado que sea, amparado bajo el pilar de la calidad y excelencia en el servicio que brindamos.













