

Es evidente que el sector Agroindustrial no está pasando por un buen momento desde hace mucho tiempo. Esta situación se hace mucho más evidente, cuando los precios internacionales de los granos vienen bajando drásticamente desde hace meses, y las perspectivas de subas son pocas, también en los próximos meses. La Argentina, lamentablemente es esclava de su propia coyuntura, malos análisis y decisiones, y alejamiento del mundo. Es terrible ver cómo se dilapidaron los mejores años en términos de demandas, comercialización y precios de los granos y alimentos, producto del aislamiento que este modelo de gestión decidió tener, respecto al mundo y sus oportunidades. Es también bastante triste ver como todos los países hermanos nuestros aprovecharon esas oportunidades que el mundo daba, las tomaron, crecieron en sus mercados, y hoy se instalan con autoridad y firmeza en el mundo que demanda sus producciones. Ahora vemos desde hace tiempo como el sector al que más se lo viene castigando desde hace años y el motor de las economías principales de este país, es al que se lo juzga por no vender sus producciones cuando el país necesita sus dólares; y se los amenaza con leyes en danza que los van a perjudicar y con la creación de entes reguladores de sus granos. ¿Donde se ha visto que porque el sector no vende sus granos en el tiempo y forma que el Estado quiere se los piense en castigar y controlar más aún? En contraposición con esto, ¿cuando hubo precios excelentes de los granos, porqué no se les dejaba vender a los productores sus cosechas en ese momento? Nos olvidamos de que estamos con restricciones permanentes en la comercialización de granos, lácteos y carnes desde hace más de 8 años? Nadie se acuerda que hasta hace solo unos días el 58% de las tierras productivas de la provincia de Buenos Aires estuvieron inundadas y solo se les da a los productores una emergencia agropecuaria en sus localidades, que además siempre es con efecto retardado y no inmediato: Los productores necesitan del Estado (provincia y nacional) en el momento del problema, no meses después. Yo no sé si los funcionarios de turno toman en serio por ejemplo, que en todas las actividades agroindustriales del país, entre el 75 y el 82% de la rentabilidad que se pueda obtener se la llevan los impuestos que tienen que pagar los productores. Alguien lo ve, lo evaluá? Donde están las medidas para paliar esta situación? Las medidas aparecen, pero para seguir castigando al sector. Vemos que todos los países vecinos marcan como estratégica su actividad agroindustrial y la apoyan de muchas maneras para que este camino de expansión no pare, sino, por el contrario, crezca cada vez más. Nosotros hacemos exactamente lo contrario: y ya perdimos 11 años, y perderemos 2 más como mínimo.
Esta campaña seguramente tendremos estancamiento del área sembrada, y por ende en producciones. No hay un cultivo de esta campaña 14/15 que crezca en superficie sembrada, ni siquiera la soja futura; que probablemente baje algo sus hectáreas sembradas: ¿la razón? Hoy hasta hacer soja puede dejar de ser rentable en la Argentina. Brasil, por ejemplo creció el 41% en áreas sembradas de trigo en las últimas 3 campañas, y un 10% en esta campaña 14/15. Uruguay crece el 2,3% en hectáreas sembradas de trigo por año, en los últimos 30 años, y tiene aumentos permanentes en exportaciones primarias y en todas sus cadenas de valor. Ya perdimos tanto tiempo que me da vergüenza preguntar qué estamos esperando cuando se la respuesta. Ahora suena nuevamente la idea de mayor intervención para la comercialización, con el simple objetivo de obtener más dólares del sector. El día que se den cuenta que el sector Agroindustrial puede dar muchísimo más de lo que aún da, si le sacan el freno de mano y el pie de encima, lo primero que haría cualquier gobierno sería apoyarlos y buscar consensos y diálogos. El camino del los controles y restricciones nunca tuvo un final feliz en ningún lugar del mundo. Si quieren hacer medidas, estas deben ser consensuadas y fruto del diálogo con todos los jugadores de las cadenas. De no ser así, vamos otra vez al fracaso en puerta. ¿Se puede hacer distinto esto? ¡Por supuesto! Con gente que analice bien el diagnóstico, profesionalmente, sabiendo y escuchando las necesidades de todo el sector, las cosas se pueden mejorar. Pero, si vamos a los controles, por los controles mismo, sin diálogo ni consenso, difícil llegar a buen puerto. Ojalá me equivoque.










