

No son mayoría, tampoco llegan al 50% que marca la equidad entre géneros en este siglo XXI. Pero es loable, admirable que hoy el 20% de las explotaciones rurales en la Argentina estén al comando de una mujer.
Son el doble que hace 12 años, según el último Censo Agropecuario, que se hizo en 2018 y cuyos resultados se conocieron hace poco. Y si bien resta un gran terreno por atravesar, la mujer en un mundo dominado por hombres, como es el campo y sus entidades de base e intermedias, se va abriendo camino al andar. Según los datos del censo, Argentina aparece el tercer lugar en cuanto a la participación de la mujer en el agro en la región. Las que trabajan en el campo local y no solo encabezan un emprendimiento rural llegan al 38%, arriba de años atrás.
Pienso en empresarias rurales como Andrea Passerini, productora tambera y dirigente de Carbap; Mariángeles Lovera que lleva a su pequeña Benita a sembrar, cosechar en lo profundo de La Pampa con el clima casi siempre en contra; Vanesa Padules Igoillo, que desde Leones, Córdoba, muestra la vida campera junto a sus hijos y marido, Carlos Garetto -presidente de Coninagro en épocas de la 125-; y otras tantas que configuran el colectivo de mujeres rurales de este país.
Las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral rural y son garantes de la seguridad alimentaria
Pienso en esas adelantadas, las chacareras federadas, que a fines de los '90 impidieron el remate de sus tierras, resistieron para seguir produciendo.
Pienso en mi cuñada, Cata, y en mis sobrinas, Bárbara y María, poniendo el hombro en la producción quesera de esa micropyme por la que lucha mi hermano.
El censo sigue con que el mayor porcentaje de mujeres al frente de emprendimientos rurales está en Jujuy, con 42% de las explotaciones en manos femeninas. Y que el 54% de ellas reside en la estancia, chacra o establecimiento que destina al trabajo rural.
Cada vez más mujeres asumen el comando de firmas del agro, a veces desafiando mandatos o deseos familiares
De acuerdo con datos de la ONU, las mujeres son responsables del 43% de la fuerza laboral rural, garantes de la seguridad alimentaria y nutricional, la gestión de la tierra y los recursos, el trabajo no remunerado y muy conscientes de la necesidad de luchar contra el cambio climático.
Falta mucho, pero cada día se suman más a la lista. Las mujeres somos imparables y la equidad está a la vuelta de la esquina, siempre que nos unamos para lograr la conquista.













