Estamos en el mejor escenario para el mercado. En Delphos Investment habíamos sacado un informe que se llamaba "el empate es bullish": decíamos que Argentina estaba muy barata, muy fuera de lo que fue la tendencia de la región este año. La corrida cambiaria fue muy psiquiátrica y estuvo vinculada con todas las patologías psicológicas que trae la Argentina con relación a la moneda, producto de la hiperinflación de Sergio Massa; con relación a la deuda externa producto del maltrato a bonistas de Alberto Fernández y Martín Guzmán; vinculada a la deuda en pesos, producto del reperfilamiento de Hernán Lacunza; relacionada también con el evento electoral de 2019, que dejó en la memoria que las elecciones son sinónimo de "se termina el país". Y también agrego el recuerdo de 2001, cuando Estados Unidos nos soltó la mano, lo que hizo que el mercado no crea en el rescate de Scott Bessent. Pero la lógica marcaba que La Libertad Avanza ya había salido del fondo del mar. La estrategia de la campaña fue muy clara: fue sembrar el miedo y el pánico al regreso de todos esos males. La gente se asustó y votó. Ahora vamos a una normalización, que implicará volver a donde deberíamos estar si no hubiésemos pasado por este trauma. ¿Qué significa eso? Un dólar que no tiene nada que ver con los $ 1600. Estará en la zona de $ 1400 e inicialmente debajo de eso. El gobierno ahora pasará factura a los que no confiaron y le jugaron en contra. Posiblemente en los próximos días el dólar puede valer cualquier cosa, incluso por debajo de los $ 1400. Recordemos que a fin de mes será el cierre de Rofex, del bono dólar linked que vendió el Gobierno. Todos aquellos que jugaron en contra de la moneda van a perder mucha plata. Seguramente Bessent comprará los dólares que vendió en las últimas semanas. Ahí deberá aparecer algunos de los cambios del programa económico: el Banco Central debería comprar dólares no solo en el piso de la banda cambiaria, sino antes. Las acciones, que están un 50% abajo en lo que va del año, tienen un montón para recuperar. Y los bonos, con estos rescates, también. Si El Salvador rinde 6,5%, tranquilamente Argentina, sin este ruido electoral, ya debería estar rindiendo debajo de 9%. Se alinean un montón de cosas para un clima internacional que es muy favorable a los activos financieros, con un reacomodamiento de todas las variables porque también hay que mirar qué es lo que está pasando afuera. Las acciones de los bancos estaban muy caras a principio de año, cuando Milei parecía que iba a ser emperador, pero pasaron a estar muy baratas cuando el mercado temió que el próximo presidente fuese a ser Axel Kicillof. Este escenario electoral obliga al Gobierno a negociar con fuerzas y dirigentes que hoy salen debilitados, entre ellos los gobernadores razonables. Estamos en el mejor de los escenarios porque La Libertad Avanza confirma el rumbo. El fantasma del kirchnerismo prácticamente se diluye y, de hecho, esto posiblemente pueda precipitar una pelea dentro del peronismo. Pero el oficialismo no tiene el número suficiente para ir por todo. Cada vez que un gobierno en este país fue por todo, después terminó mal. Ahora hay que negociar, consensuar, y generar las mayorías tanto en Diputados como en Senadores. Muchas de las reformas que son necesarias ahora se pueden alcanzar.