Se podría decir que era una apuesta de riesgo pero el resultado financiero, al menos por ahora, parece darle la razón al Gobierno. La contundente victoria libertaria en las elecciones legislativas del mes pasado, sumado al intento de acercar posiciones con la oposición dialoguista para avanzar con las reformas, comenzaron a despejar la incertidumbre sobre el futuro de la Argentina que mantenía alejado a los inversores y abrieron la canilla del financiamiento internacional.

Las empresas fueron las primeras en aprovechar la ventana de oportunidad y salieron a testear el mercado con un buen resultado. La emisión de Obligaciones Negociables suma ya un récord de 3000 millones de dólares en lo que va del mes y, según calculan los especialistas, el ritmo se mantendrá en los próximos días.

Para el sector privado, la caída del riesgo país hasta un nivel que hoy se encuentra en 600 puntos no solo abrió la posibilidad de obtener fondos frescos para invertir en sus proyectos sino, en particular, reducir la carga de la deuda, al obtener plazos de vencimiento más largos y tasas más bajas.

Una circunstancia aprovechada, especialmente, por compañías de petróleo y gas gracias al interés que despierta Vaca Muerta, pero también por aquellas que pertenecen a rubros como el de la energía eléctrica y el bancario. Y que es vista con sumo interés desde el poder político en el interior del país, luego del éxito de la colocación de u$s 600 millones realizada por la Ciudad de Buenos Aires que alimentó el interés de otras jurisdicciones por seguir sus pasos.

En un contexto de baja de tasas a nivel global, la Argentina parece resultar atractiva para los inversores internacionales y a esa “marea verde” pretende subirse el ministro de Economía, Luis Caputo, para atender la meta de acumulación de reservas de este año y los próximos vencimientos de deuda.

Por un lado, con la compra, módica aún, de la oferta de divisas en el mercado libre de cambios que genera esa emisión de ONs. Y por el otro, con el préstamo repo que un grupo de bancos y fondos de inversión estarían dispuestos a otorgar en este nuevo escenario. Mantener el superávit fiscal, reducir la inflación y cumplir los compromisos es la premisa.

La oportunidad de emitir deuda en el mercado internacional para Caputo, suponen en el mercado, llegará recién en el primer trimestre del año próximo.

Para entonces, aquellos que hace apenas un mes esperaban ver los resultados de las urnas antes de apostar por la Argentina, sabrán si la seguridad política y jurídica que esperan obtener con la aprobación del Presupuesto 2026 y las reformas de segunda generación que plantea el Gobierno serán una realidad.

Hoy los inversores creen que los resultados electorales fueron un espaldarazo social. Una pieza dentro de un gran rompecabezas para llevar a la Argentina a los mercados internacionales.