Empoderamiento femenino sí, pero en el campo
Las mujeres representan el 43% de la mano de obra agrícola, son quienes producen casi la mitad de los alimentos consumidos en el planeta.
Las mujeres son un grupo humano heterogéneo y diverso, pero que está atravesado por el hilo común de la desigualdad. Por estos días, el debate por la igualdad tiene una gran visibilidad en los ámbitos urbanos, pero no en el medio rural.
Según FAO, en América Latina las mujeres representan el 20% de la fuerza agrícola, con una participación en las huertas y pequeñas granjas. Se estima que si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres, podrían incrementar el rendimiento de sus explotaciones agrícolas en un 20 a 30 por ciento, contribuyendo a la seguridad alimentaria en el mundo.
De acuerdo a las cifras de la ONU, además de conformar un tercio de la población mundial, las mujeres representan el 43% de la mano de obra agrícola. Son las mujeres quienes producen casi la mitad de los alimentos consumidos en el planeta.
Sin embargo, muchas de las mujeres en el medio rural ni siquiera reciben un ingreso por sus trabajos y, cuando lo hacen reciben un salario 25% menor que sus pares masculinos.
“El problema del género es que prescribe cómo tenemos que ser, en vez de reconocer cómo somos realmente , suele decir la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, activista por la igualdad social, política y económica de los géneros.
Justamente para contribuir a conformar sociedades más inclusivas y prósperas, se formó el Women 20 (W20, una red transnacional de mujeres líderes de la sociedad civil, los negocios, los emprendimientos y think tanks y que es parte de los grupos satélite del G20). Entre los días 2 y 3 de octubre, el W20 presentará en el Centro Cultural Kirchner sus recomendaciones a los gobiernos del G20 para la inclusión laboral, digital, financiera y desarrollo rural para las mujeres.
Aunque la igualdad de género es el quinto de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dispuestos por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, persisten los desafíos. Mejorar la situación de las mujeres en el medio rural tendría gran impacto social, económico y ambiental, y es uno de los temas que deberían discutir los países del G20.
El Grupo de Países Productores del Sur (GPS) -una entidad que trabaja para mejorar el posicionamiento y la inserción internacional de Argentina, Brasil, Uruguay y Uruguay- participa en el W20 como Knowledge Partner, conjuntamente con Aapresid y la Asociación Marianne.
Como uno de los mayores obstáculos en la zona rural es el aislamiento, el W20 estima que debería asegurarse la inversión en infraestructura, especialmente en transporte, caminos, agua, electricidad, energía y conectividad, teniendo en cuenta las necesidades de las mujeres rurales e incluyéndolas en todas las etapas de los proyectos.
Por otra parte, sería estratégico garantizar a las mujeres la tenencia de la tierra y asegurar el acceso a los recursos productivos, tecnología, mercados, y asistencia técnica en las actividades ligadas a la economía rural. También, franquear a las mujeres el acceso a servicios sociales como educación, servicios de salud, incluyendo los reproductivos y sexuales, nutrición adecuada, cuidado, acceso a la justicia, y prevención y protección contra toda forma de violencia.
Por último, es vital que se asegure la participación efectiva de las mujeres rurales en los procesos de decisión, por ejemplo, estableciendo programas para reforzar los programas de liderazgo y que promuevan la paridad.
En Argentina, 61% de las mujeres que ingresan a la universidad se gradúan, pero sólo 41% participan en la fuerza laboral. En el sector agro-industrial, estas cifras no están disponibles, por lo que es crucial asegurar la recolección sistemática de datos sobre la situación de las mujeres rurales, para monitorear y elaborar políticas basadas en esa evidencia.
Como señala el coordinador general de GPS, Horacio Sánchez Caballero, "el tema de la mujer rural es de gran importancia, dada su participación, para el logro del desarrollo sustentable a nivel internacional y un mayor crecimiento del sector agroindustrial. Desde GPS nos alegra acompañar este tema dentro de las discusiones del W-20 y esperamos que siga ocupando un lugar central en la agenda de discusión global".
Si las anteriores propuestas se ponen el práctica, comenzaría a revertirse la profunda e histórica desigualdad de género entre la población femenina rural. Tal como se ha consensuado en GPS, siguiendo los parámetros de la ONU, un enfoque igualitario garantizaría no solo la igualdad de género sino la seguridad alimentaria global. La mujer del campo es, hoy más que nunca, factor fundamental para el desarrollo futuro de la humanidad.