

Brasil avanza con un proyecto que busca transformar por completo su sistema de transporte interurbano: la construcción del primer tren de alta velocidad de América Latina, un corredor que aún se encuentra en fase de planificación pero que apunta a conectar tres de las regiones metropolitanas más importantes del país mediante un servicio moderno y rápido.
Según la información difundida por las autoridades federales y medios especializados, el plan establece un sistema capaz de operar a velocidades de hasta 350 km/h, similar a los trenes de alta velocidad de países como Japón o algunos de Europa. Aunque los plazos continúan sujetos a confirmación, se proyecta que el desarrollo avance durante la segunda mitad de esta década.
El proyecto genera expectativas entre especialistas y usuarios, que ven en este corredor una oportunidad para modernizar la infraestructura y reducir significativamente los tiempos de viaje en una de las zonas más transitadas del país.

El tren más rápido del continente: irá a más de 350km/h
La propuesta contempla un trazado aproximado de 510 kilómetros, diseñado para unir Río de Janeiro, San Pablo y Campinas. El tramo incluiría túneles, viaductos y tecnología de señalización avanzada, elementos característicos de los sistemas de alta velocidad.
De concretarse bajo las especificaciones difundidas, el viaje entre Río y San Pablo, que por autopista puede superar las seis horas, podría reducirse a cerca de una hora y 45 minutos, un salto considerable en eficiencia y conectividad.
Además, se espera que el sistema pueda transportar una alta cantidad de pasajeros diarios, contribuyendo a descongestionar rutas muy utilizadas y ofreciendo una alternativa sostenible frente al uso del automóvil o de vuelos de corta distancia.
Un proyecto con impacto económico y regional
El plan también apunta a impulsar el desarrollo económico y a promover un modelo de movilidad más limpio. La construcción requeriría mano de obra especializada y movilizaría sectores vinculados a ingeniería, tecnología e infraestructura.
Las estimaciones iniciales sitúan la inversión total entre US$ 10.000 millones y US$ 20.000 millones, aunque estas cifras podrían variar conforme avance la etapa de estudios definitivos y licitaciones.
Uno de los segmentos más complejos del corredor sería el tramo entre Jundiaí y São Paulo, una zona de alta densidad urbana donde se prevén obras de infraestructura de gran escala.
Las claves del proyecto
Aunque los plazos pueden modificarse a medida que avancen los estudios técnicos y financieros, el cronograma tentativo difundido por medios brasileños plantea tres fases principales:
- 2026: inicio de trabajos preliminares y preparación del corredor.
- 2027: avance de obras en tramos complejos, especialmente en el área metropolitana de São Paulo.
- 2031: posible inicio del servicio, sujeto al desarrollo técnico, regulatorio y financiero.
Especialistas del sector destacan que, si se concreta, se trataría de un proyecto inédito en Sudamérica por su escala y por el salto tecnológico que representaría para la región. Su ejecución dependerá de la conclusión de estudios, aprobaciones ambientales, disponibilidad de financiamiento y estabilidad en las etapas administrativas.
El objetivo final es ofrecer un sistema de transporte moderno, rápido y accesible que pueda competir con otros medios y fortalecer la integración entre los principales polos económicos del país.
Cuándo se lanzará el tren más rápido
Aunque el proyecto genera gran expectativa, especialistas remarcan que todavía quedan puntos importantes por confirmar. El tren de alta velocidad continúa en fase de planificación, sin obras iniciadas ni definiciones finales sobre su construcción. Las fechas mencionadas para el inicio de trabajos y la puesta en marcha, entre 2026 y 2031, se mantienen como estimativas, ya que dependen del avance de estudios técnicos, ambientales y financieros.
También están en revisión elementos clave como el trazado definitivo, las estaciones, el modelo de financiamiento y el costo final del proyecto, aspectos que podrían modificarse a medida que avancen los análisis. Además, cualquier dato vinculado al número de pasajeros, impacto ambiental o valores del pasaje forma parte de cálculos preliminares que deberán corroborarse durante las etapas formales de diseño y obra.











