

La historia de Brayan Palencia Benavides, un joven migrante colombiano de Hatillo de Loba, departamento de Bolívar, genera preocupación en todo el país por las prácticas de deportación en Estados Unidos y cómo recayeron sobre él. Como tantos otros colombianos, Brayan llegó a Estados Unidos buscando una oportunidad laboral meses atrás, pero ahora tiene en vilo a su familia y activistas por los derechos humanos porque no se sabe nada de su paradero.
La última información que la familia de Brayan recibió fue que el joven había sido enviado a una de las cárceles de máxima seguridad de El Salvador, específicamente a la prisión de máxima seguridad del presidente Nayib Bukele, lo que abre el interrogante sobre cómo manejan el traslado de prisioneros sin evidencia clara de su vinculación con el crimen organizado en Estados Unidos.
La historia de Brayan: desaparición y captura en EE. UU.
Según las publicaciones en redes sociales como Facebook e Instagram, los familiares de Brayan comenzaron a recibir noticias preocupantes sobre su paradero.
Brayan llegó a Estados Unidos hace varios meses con la intención de encontrar un empleo estable y enviar dinero a su familia en Colombia. Sin embargo, su rastro se perdió, y la única información que sus allegados han obtenido indica que fue detenido por las autoridades migratorias estadounidenses debido a problemas con su documentación.

Traslado a la prisión de máxima seguridad de El Salvador
Las versiones no confirmadas apuntan a que Brayan fue detenido bajo una orden de deportación emitida durante la administración de Donald Trump.
La principal preocupación de los familiares de Brayan es que él no tiene antecedentes judiciales, ni en Colombia ni en Estados Unidos. Esto genera gran preocupación entre las familias de los migrantes, quienes temen posibles irregularidades en los procedimientos de arresto, sin pruebas claras de vinculación con actividades criminales.
Deportaciones masivas y riesgos para los migrantes
La reciente deportación de 250 venezolanos desde Estados Unidos a El Salvador, en su mayoría presuntos miembros del Tren de Aragua, pone en evidencia la creciente tendencia de deportaciones masivas hacia países con sistemas penitenciarios fuertemente militarizados. Esta situación ha provocado denuncias de familias venezolanas que aseguran que sus seres queridos fueron deportados sin pruebas concretas de su pertenencia a organizaciones criminales.
Las familias de los migrantes colombianos, venezolanos y de otros países temen que la falta de transparencia en los procesos legales y la ausencia de pruebas claras pueda llevar a sus seres queridos a enfrentar una condena injusta en cárceles extranjeras, donde las condiciones de vida son extremadamente duras.

Detención de presos extranjeros en las cárceles de Bukele
El 3 de febrero de 2025, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se reunió con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y le ofreció aceptar a "criminales estadounidenses peligrosos" y encarcelarlos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) "a cambio de una tarifa". Rubio calificó la oferta de Bukele como el "acuerdo migratorio más inédito y extraordinario del mundo".
Luego, el 15 de marzo, Estados Unidos anunció que deportaría a 300 presuntos pandilleros del Tren de Aragua a El Salvador para ser encarcelados en CECOT utilizando las Leyes de Extranjería y Sedición de 1798. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, la administración de Donald Trump pagaría al gobierno salvadoreño US$6 millones por los 300 detenidos, que permanecerán retenidos durante un año "en espera de la decisión de Estados Unidos sobre su destino a largo plazo".












