Britney Spears esta siendo noticia por estos días debido a que después de más de dos años volvió a presentarse ante la Justicia para pedir que finalice la tutela que se hace cargo de ella y de sus finanzas desde hace 13 años, pero según explican medios locales, la cantante de Oops!...I Did It Again deberá ser paciente antes de conseguir la libertad.
Para ello Spears, de 39 años, tendrá que convencer al juez de que es capaz de administrar sus asuntos personales y bienes por un valor cercano a los u$s 60 millones, según documentos judiciales, aunque de acuerdo al sitio especializado Celebrity NetWorth asciende a los u$s 70 millones. De todas formas es poco si se tiene en cuenta lo que ha generado a lo largo de su carrera.
"Una vez que una persona está bajo tutela es difícil salir de ella porque la corte no quiere eliminar esas protecciones solo para que se aprovechen de la persona bajo custodia", dijo el abogado de familia Christopher Melcher en declaraciones relevadas por Reuters.
Con palabras emotivas y muy enojada, el miércoles la artista describió su tutela al juez que supervisa su caso, y que tiene a su padre James como principal cabeza de su custodia personal y financiera, como "abusiva, estúpida, vergonzosa y desmoralizadora".
En los últimos años, Britney se resistió al control de su padre al mismo tiempo que paga millones de dólares en honorarios legales vinculados a la tutela que se encarga de controlar estrictamente su estilo de vida, así como la manutención de sus hijos producto de la relación con su exmarido Kevin Federline.
La cantante rogó que se termine el acuerdo sin tener que someterse a más pruebas psicológicas. "No quiero ser evaluada, estar sentada en una habitación cuatro horas al día como hicieron antes conmigo", dijo. "Si puedo trabajar y proveer dinero y trabajar por mí misma y pagarle a otras personas, no tiene sentido", agregó.
En este sentido, sus seguidores y fanáticos lanzaron la campaña #FreeBritney, a la que se sumaron varias celebridades como Justin Timberlake, Paris Hilton, Bette Middler, Miley Cyrus, Andy Cohen, Sarah Jessica Parker y Mariah Carey.
Hace veinte años, Britney Spears estaba en su mejor momento. La Princesa del Pop atravesaba una gran racha que en cuatro años le dejó álbumes de platino, un Grammy y una serie de giras que le generaron decenas de millones de dólares.
En 2002 Forbes la nombró la celebridad más poderosa del mundo, con un ingreso estimado bajo de u$s 40 millones, (la 25° estrella mejor pagada en ese momento), pero su foto salió en la portada de diez revistas, apareció más de 25 mil veces en la prensa, al tiempo que la radio y la televisión le dedicaron 373 reportajes.
La tutela comenzó en 2008 cuando Spears sufrió un colapso de salud mental. Un año después, regresó a la música, lanzó nuevos álbumes y actuó en vivo durante 10 años hasta fines de 2018, incluyendo presentaciones en Las Vegas entre 2013 y 2017, por las que recaudó u$s 137,7 millones resucitando la carrera, las cuentas bancarias y su reputación.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar a partir de 2015. Después de ser la cara de marcas como Pepsi, Skechers y Samsung, Britney dejó de hacer comerciales para televisión, no lanza discos desde 2016 y dejó de viajar en 2018. Al año siguiente, canceló otra lucrativa presentación en Las Vegas por la que habría ingresado u$s 350.000 por noche.
"Mi cliente me ha informado que le tiene miedo a su padre", declaró en noviembre de 2020 su abogado Samuel D. Ingham ante la corte. "No volverá a actuar si su padre está a cargo de ella y su carrera profesional" explicó.
Britney ha sido propietaria de varias casas en el área de Los Ángeles a lo largo de los años. En 2017 vendió una mansión en Thousand Oaks por u$s 7 millones que había comprado en 2012 por u$s 6,7 millones.
Es dueña de una segunda mansión en esa localidad la cual adquirió en 2015 por u$s 7,4 millones. Anteriormente fue dueña de una propiedad en Malibú que vendió por u$s 10 millones en 2007, y perdió u$s 2,5 millones en una propiedad de Beverly Hills que compró por u$s 6,75 millones y vendió por u$s 4,2 millones. También es propietaria de un numeroso complejo familiar en su Louisiana natal.
