La ola de frío y la cercanía del invierno abren paso a la gripe, un virus que se contagia de una persona a otra y se transmite a través de pequeñas gotas que son expulsadas de la boca y nariz.
Los principales síntomas que experimentan los infectados se vinculan al dolor de garganta, tos, fiebre, congestión nasal, dolores musculares y cansancio.
Si bien es recomendable consultar con un médico para seguir la recuperación adecuada, también existen ciertas hierbas que pueden afrontar la gripe y, más aún, en una época donde crecen los contagios.
Una de ellas es el tomillo que, producto de sus compuestos aromáticos, ayuda a aliviar la tos y eliminar la mucosidad. Además, acciona como expectorante y puede ingerirse en una infusión.
Tomillo: qué beneficios tiene para combatir la gripe
El tomillo tiene propiedades antiespasmódicas, expectorantes y antisépticas. Justamente, esto se debe a las sustancias químicas de esta hierba, como es el caso del timol y carvacrol, responsables de su inhibición a las bacterias y virus.
Por ende, diferentes expertos recomiendan la infusión de tomillo para aliviar la tos, resfriados, la gripe y bronquitis. Según la Agencia Europea del Medicamento (EMA), esta bebida es esencial para los pacientes que padezcan tos convulsiva, causada por la bacteria Bordetella pertussis.
No obstante, por su alto contenido de flavonoides, esta planta contiene antioxidantes. Gracias a ello, ayuda a combatir los daños causados por los radicales (moléculas que surgen como resultado de las reacciones biológicas) libres en el cuerpo.
¿Cómo preparar la infusión de tomillo?
La infusión de tomillo puede otorgar grandes beneficios para prevenir catarros, gripes y otro tipo de afecciones respiratorias. Para preparar esta bebida, es necesario seguir estos pasos:
- Calentar agua y llevarla al punto de ebullición
- Añadir un puñado de hojas secas de tomillo
- Remover la mezcla y dejar hervir a fuego lento por 10 minutos
- Retirar la infusión y dejar reposar 5 minutos
Es recomendable ingerir este té hasta tres veces por día, siempre y cuando persista la tos. En caso de leves mejorías, es conveniente reducir poco a poco.
