Jugar con la ropa, los zapatos y los accesorios no es sólo un entretenimiento del que disfrutan las niñas. También lo hace una mujer adulta, ocupada, moderna, multifacética y exigente que la entiende como una herramienta que poco tiene que ver con la frivolidad pero mucho con su personalidad. Es la vivencia de Carminne Dodero, joven licenciada en Relaciones Internacionales que, por su pertenencia a una poderosa familia argentina, fue criada entre diseñadores y trendsetters. Educada en Estados Unidos desde los 16 años, fue asesora de estilismo en el estudio de Mario Testino, el fotógrafo peruano cuyos portfolios marcaron hitos en revistas como Vogue y Vanity Fair y cuya lente retrató a celebrities como Madonna, Kate Moss y Julia Roberts, sin olvidar que es el autor de las fotos oficiales del compromiso del príncipe Guillermo de Inglaterra y Catalina Middletton, así como de una icónica imagen de familia de Lady Di, en blanco y negro, sonriendo con sus hijos preadolescentes.

Gracias a esa experiencia, y tras su regreso a Buenos Aires, donde descubrió el dinamismo de la escena design local, Dodero concibió el Six O’Clock Tea como “un desfile que muestra las colecciones de los diseñadores de gran talento a un público que sigue las tendencias y que valora la moda y el esfuerzo creativo que se transmite en cada pasada en el marco de un té gourmet con fines solidarios , define la joven empresaria, quien lanzará su propia marca de indumentaria en la próxima temporada, un emprendimiento concebido “para una mujer que busca, en la ropa que usa, no la definición sino la expresión de su personalidad .

Herencia trendy

Graduada en Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, Dodero decidió que era momento de darle rienda suelta a su otra vocación: la moda. Por eso, comenzó a trabajar en la agencia neoyorquina de Testino. “Tenía apenas 22 años, pero aprendí mucho armando los books que se presentaban a las distintas marcas. Venía Tommy Hilfiger, por ejemplo, y pedía que le mandásemos uno con determinadas características. O Carine Roitfeld, la estilista que organizaba los desfiles de Gucci y que era editora de moda en la revista Vogue de Francia.

"Lo bueno es que yo podía armarlos a mi manera, según fuera de ropa más deportiva o de alta costura. Hacer eso todo el día, ver tantas fotografías, te entrena muchísimo el ojo , revela. Así, por ejemplo, aprendió a valorar el look de celebrities como la actriz Penélope Cruz o la empresaria Carolina Herrera hija “porque no se visten íntegramente con una etiqueta sino que se apropian de las distintas prendas, creando un estilo atemporal, elegante y canchero a la vez .

En 2002, como consecuencia de las estrictas medidas de seguridad implementadas tras el 11-S, Dodero debió volver a la Argentina porque le fue denegada la renovación de su visa de trabajo. “Me moría de ganas de quedarme en Nueva York pero había que hacer muchos trámites y, además, mi mamá estaba asustada por lo que había pasado y prefería que regresara , evoca. Ya en Buenos Aires, inició los trámites para obtener la ciudadanía griega –de donde es oriunda su madre Marina, legendaria amiga personal de la malograda heredera Cristina Onassis–, con el fin de instalarse en España. “En ese momento pensaba que esta ciudad era un pueblo y que ni loca podría acostumbrarme a vivir aquí".

"Pero en los cinco meses que me llevó tramitar el pasaporte compartí más tiempo con mis amigas, con mi familia y me pasaron cosas increíbles como caminar por mi barrio y que me saludara el kiosquero porque me conocía de toda la vida. Fui recuperando una cotidianeidad familiar que en Nueva York no tenía. Y, de repente, me di cuenta de lo sola que había estado, distraída con tantos estímulos externos, tantas experiencias y gente nueva que va y que viene... Hasta ese momento no me había percatado de lo que me estaba faltando. Y ahora estoy chocha de vivir acá , reconoce.

A partir de su experiencia en NY, ¿cuál es el estado de situación de la industria de la moda en la Argentina?

Nos falta trabajar más. Por ejemplo: las semanas de la moda de Nueva York o París están, en gran parte, sustentadas económicamente por el Gobierno. Además, faltan tanto la tecnología como los materiales adecuados para exportar las colecciones. Sin mencionar que afuera –y hablo incluso de Brasil– el diseñador diseña, no es también contador, vidrierista, publicista y relacionista público de su marca.

Alguna vez comentó que tenía buen gusto pero no talento para diseñar. En breve lanzará su propia marca. ¿Qué cambió?

Eso: me animé. Asumí que no soy diseñadora pero conseguí una muy buena que me ayuda. Los diseños se basan en paletas monocromáticas pero no necesariamente en colores oscuros. El propósito es que el protagonista sea el diseño y no el estampado.

Ya adelantó que se tratará de prendas clásicas y atemporales, con potencial para combinarse con las de otras (futuras) colecciones. ¿Serán piezas de presencia obligada en el guardarropas?

Exacto. Por ejemplo, un vestido que te quede bien sin importar si tenés dos kilos de más o de menos y que, además, no sea sólo de temporada. De todas maneras, no se trata de básicos. De hecho, yo no sé comprar básicos: nunca salgo a buscar una remera blanca, por ejemplo, porque me aburre. Me gusta comprar prendas que me enamoren y me duren una vida.

Fashion Tea

Entonces, instalada en Buenos Aires, Dodero descubrió que, durante sus años de ausencia, se había gestado una generación de designers que valía la pena conocer. “No sabía que existían Pablo Ramírez, Nadine Zlotogora o Aida Sirinian... Una camada de híper talentosos que, si estás acostumbrada a ir a los shoppings y no estás metida en el mundillo design, no los conocés . Con la certeza de que las consumidoras locales de moda internacional no siempre disponen del tiempo necesario para investigar las creaciones de la vanguardia autóctona, Dodero creó Six O’Clock Tea: un desfile donde se exhiben las colecciones del circuito de la moda más originales y exclusivas del país en el marco de una tarde de té sofisticada, lejos del bullicio y masividad de las megaferias o las fashion weeks.

“Desde entonces, el objetivo es presentar las nuevas propuestas a quienes pueden consumirlas. Buscamos que sean colecciones de estilos diferentes para los distintos momentos de la vida. Además, siempre se suma la presencia de un diseñador de renombre como parte del show , detalla. En sus inicios, el Six O’ Clock Tea –se eligió esa hora pensando en la ocupada agenda de las participantes, en su mayoría mujeres con responsabilidades– tenía como modelos y público exclusivamente a las amigas de Dodero, interesadas en el asesoramiento de imagen que les facilitaba su amiga con expertise neoyorquino. Pero, con el paso de las ediciones, el evento se profesionalizó hasta convertirse en una cita obligada para los coolhunters.

En su 13º edición, el pasado mes de mayo, casi 200 personas asistieron al evento celebrado en los jardines de la Embajada de Alemania, donde se presentaron, además de consagrado Fabián Zitta, los diseñadores Margarita Garello, Josephine B, Carina Farinaccio, Casa Vicentini, Pía Carregal, Carolina Sosa y Agostina Bianchi. También realizó una pasada inédita Diego Binetti, un argentino aclamado en la New York Fashion Week cuyas colecciones nunca antes se habían exhibido en la Argentina.

¿Por qué un lugar diferente cada edición?

La idea es que estés, cada año, en un lugar divino, que no conocías, que no sea de fácil acceso, tomando el té y viendo un desfile que te transporte. Eso es la moda: una experiencia que te vende una ilusión. Si no, es muy difícil justificar lo que una paga por un vestido.

¿Cómo se articula la acción solidaria?

Yo recibo dinero de los esponsors, de los diseñadores y de la gente que paga la entrada. Y un 30 por ciento de lo recaudado se dona a alguna ONG. Es una obligación donar una parte para que el circuito de la energía no se corte. Estudio Kabbalah y creo en dar y recibir.

Entonces, Dodero destaca especialmente su experiencia como pupila en un colegio de Massachusetts: “Era una escuela súper original, la de mayor cantidad de estudiantes internacionales y donde, además, el 70 % tenía algún tipo de beca. Por otra parte, todos teníamos que trabajar seis u ocho horas semanales en lo que tocara: limpiar los baños o los platos, cocinar, alimentar a los caballos... A ese colegio van desde el príncipe de Arabia hasta la chica del Bronx que fue criada por su abuela porque la madre era drogadicta. Es un lugar de una diversidad enorme, donde te educás con personas diferentes .

Siendo tan joven ha vivido varias vidas en una. ¿Qué se imagina para el futuro?

Iré fluyendo. No soy de planificar, pero ojalá me vaya lo mejor posible. Trato de tomar las mejores oportunidades que me da la vida.