

El afán de contar historias es un impulso vital que los seres humanos sienten desde que ingresan inevitablemente al mundo del lenguaje. Diferentes maneras de expresarse- relato oral, cine, teatro, literatura- se multiplicaron con el paso del tiempo y todas conviven entre sí. Y la web, como soporte, también se convirtió en un espacio en el que se puede experimentar.
Así es que se ganó un lugar desde septiembre del año pasado Historias colectivas, una página de literatura digital creada por la argentina y estudiante de filosofía Natalia Rozenblum (26).
Como la estructura de los libros “Elige tu propia aventura” , los relatos de Historias colectivas se abren, cada cierto número de líneas, en dos posibilidades (A o B). Siempre van a correr diferentes historias en paralelo, pero cada una es, por las distintas maneras de recorrela, muchas al mismo tiempo.
Cuatro relatos en danza iniciados por el dibujante Liniers, la actriz Rosario Bléfari, el cineasta José Martínez Suárez y el dramaturgo Rafael Spregelburd se multiplican en la web gracias a los textos que los usuarios aportan sin parar.
“La idea es generar cultura entre todos del modo más activo posible. Amo la literatura y creo que es interesante crear historias entre muchas personas, porque sé que los resultados pueden ser increíbles, y supongo que ante todo, porque siempre traté de hacer cosas que me gustaran”, señala Rozenblum.
-¿Cómo nació Historias colectivas?
-Es un proyecto de literatura, específicamente un juego interactivo con la estructura del ‘Elige tu propia aventura‘, pero con la particularidad de que está siendo escrito por gente de habla hispana. Nació el 21 de septiembre de 2010, junto con la primavera y lo hacemos mi amigo Walter Broide y yo. Él tiene una empresa de páginas web, bastante premium en lo que es programación, así que ellos se cargaron el proyecto al hombro y trabajan conmigo a la par en el momento de generación de ideas y luego para la concreción de las mismas.
-¿Los textos que se postean se publican inmediatamente?
-En este momento las historias iniciadas por artistas tienen un sistema en el cual la gente envía las continuaciones pero éstas no se publican al instante sino que yo junto a otras editoras seleccionamos una, la corregimos y recién ahí se postean. Sin embargo, gracias a sugerencias de la gente, vamos a inaugurar otra serie de historias que serán categorizadas por género y el sistema que tendrán será por votación, es decir que los fragmentos publicados no se elegirán tras bambalinas. Así cada quien tendrá su lugarcito donde encontrarse.
-¿Hay alguna idea de lucro?
-Desde el nacimiento de la idea, nunca se cruzó la palabra ‘lucro‘ por mi cabeza y mucho menos por la de mi amigo. Lo cierto es que me enamoré del proyecto y tuve una intuición de que iba a funcionar, como si supiera que había algo que estaba bien. Con el correr de los meses y trabajando todos los días para esto en paralelo con el trabajo remunerado, obviamente consideré ver cómo podía al menos costear algunas cosas, porque no solo lo hacemos ‘por amor‘, sino que muchas veces tengo que pagar servicios y extras que son realmente necesarias. Me encantaría tener auspicios en el sitio, sí, pero no aceptaría mezclar aceite con literatura. Mi prioridad es tener algo de calidad, que me guste y que guste a la gente, y creo que luego con eso todo llega y también la plata, pero si hubiera querido hacer algo netamente para lucrar debería seguro haber elegido otra área.
¿Te sorprende la recepción del público?
-Sí y no. Creo mucho en el proyecto. Por suerte la recepción es muy buena; sobre todo de entrada la gente se emociona y quiere jugar. Después creo que algunos quedan ahí, un tanto paralizados frente a los textos, sin embargo hay otros que parecen ya ser parte como de un club de seguidores porque siempre se prenden a escribir.










