

La calidez de la primavera se palpita desde la vereda del Teatro Coliseo. Un grupo de personas, sin apuro y con clima de peña, se entremezcla y se acomoda para escuchar lo nuevo ‘del Raly‘. Se trata de
Rodar
, su noveno disco, producido por el mismo Barrionuevo junto a la cantante cubana Yusa.
El convite del músico santiagueño empezó con canciones de discos anteriores: clásicos como ‘Alma de Rezabaile‘, ‘Melodía viajera‘ o ‘Chacarera del sufrido‘ y un breve homenaje a Jacinto Piedra, mito y leyenda de Santiago del Estero, con ‘Un Pájaro canta‘ y ‘Chacarera del cardenal‘.
De excelente humor y con ganas de mostrar lo nuevo, Raly no disimuló el entusiasmo que le daba cantarle al público porteño.
‘Tranquilos, tenemos mucho tiempo‘
, respondió con la parsimonia que caracteriza al norteño, ante algunos ansiosos que ya demandaban temas.
‘Ahora sí, les presento Rodar‘ dijo el hombre nacido en Frías. Y echó a andar, canción por canción, los doce temas que recorren su nueva propuesta. ‘Mochileros‘, ‘La Bienvenida‘, ‘Bower‘ y ‘El sueño de los viajeros‘, fueron algunos de los que Raly presentó, contando cómo compuso cada uno de ellos‘.
Si bien tiene espíritu de chacarera,
Rodar
no es un clásico disco de folclore. Como en trabajos anteriores, en este disco Raly no teme meterse con diversos géneros. Arengó con ‘Luna del Albisgasta‘, una cumbia cantada en el disco junto a su coterráneo Ariel Pucheta (Ex Ráfaga) y ‘Mujer de fuego‘ una guaracha santiagueña que desorientó a más de uno, que a esa altura de la noche ya se animaba a bailar.
Barrionuevo invitó al escenario a los jujeños Inty Huayra para que lo acompañen en ‘Niña fuego de la América Sagrada‘, canción con fuerza de himno, interpretada en el disco junto a Liliana Herrero (ausente con aviso por estar en Cuba).
Raly no disimuló el sabor agridulce que le daba la felicidad por presentar un disco, y a su vez hacer mención al asesinato del militante del MOCASE VC Miguel Galván en el monte santiagueño, como consecuencia de los desalojos de campesinos de sus tierras, un caso similar al de Cristian Ferreyra, a quien también recordó.
Un pequeño poblado, trazado por senderos, calles, casitas y mucho verde eran parte de la puesta en escena. En el medio, una pantalla redonda, como la rueda de una bicicleta, proyectaba videos acordes a cada canción.
El artista se movió cómodo gracias solidez de su banda: Sebastián Sayes (bajo), Marcelo Gómez (guitarra y coros) y Edgardo Castillo (guitarra, vientos y coros) y César Elmo (batería y percusión).
‘Todos changos de Frías‘
, espetó orgulloso, como si a esta altura le hiciera falta dar cuenta de lo fértil que es su tierra en materia de músicos. Aunque Elmo es ‘friense por adopción‘, se apuró a aclarar. En algunos temas se sumó Clara Presta (piano, acordeón y coros).
‘Raro esto de escuchar folclore, sentado y sin un vaso de vino cerca‘
, comentó algún espectador al principio del show. Luego de casi tres de música, el panorama ya era otro. El Coliseo ya se parecía a una peña de Cosquín. Sin vino, claro.
Fotos: Estefanía Pozzo













