Su invento vende millones en la Argentina y hasta le hicieron una estatua: la historia detrás del ramen instantáneo
Momofuku Ando creó el ramen instantáneo en 1958. Se convirtió una leyenda en Japón y sentó las bases de un negocio que mueve más de 118.000 millones de porciones anuales en el mundo.
A nivel mundial se consumen 118.000 millones de porciones anuales de sopa instantánea de fideos. China es el principal consumidor con casi 44.000 millones, mientras que en América latina el principal mercado es Brasil, ubicado décimo en el ranking a nivel mundial, con 2850 millones por año. Esto se desprende de un relevamiento hecho por la Asociación Mundial de Fideos Instantáneos (WINA, según sus siglas en inglés) cuyo fundador fue el creador de este negocio hace exactamente 65 años.
Wu Baifu nació en 1910 en Taiwán durante la ocupación japonesa de la isla, pero a los 23 años emigró a Japón y adoptó el nombre Momofuku Ando. Al principio trabajaba de lo que encontraba: vendió medias, fabricó carbón y hasta fundó un colegio. La inspiración para incursionar en el mundo alimenticio llegó durante la época de la posguerra.
Japón atravesaba un período de hambruna y malas cosechas después de la Segunda Guerra Mundial. Dependía, en gran parte, de la harina de trigo que le donaba el gobierno de los Estados Unidos. Y en ese contexto, los puestos callejeros de ramen se abarrotaban de personas en busca de un plato de comida caliente.
Esta imagen se imprimió en la retina de Ando. "Tiene que haber una manera de poder servirles más rápido a todas estas personas", reflexionó. Pero pasaron varios años hasta que puso manos a la obra. Recién en 1957 retomó esta idea luego de que quebrara la empresa financiera donde trabajaba.
El ramen mágico
Momofuku Ando experimentó durante un año en un taller improvisado en el patio de su casa. Buscaba la manera de volver "instantáneo" ese ramen. Su idea era simple, pero al mismo tiempo ambiciosa: crear algo rico, barato, fácil de hacer y no perecedero. Lo más complejo de su plan era que nunca antes había hecho siquiera un plato de fideos caseros. No obstante, el momento eureka llegó luego de ver a su esposa tempura, entonces se dio cuenta que la clave era freír los fideos para extraer toda la humedad y luego rehidratarlos.
En 1958 lanzó el primer paquete de sopa de fideos con caldo de pollo con la marca Nissin. Armó un pequeño stand en una tienda departamental en Tokyo para que los clientes prueben su producto. Si bien no era barato porque costaba cinco veces más que comprar los fideos frescos, su ramen se volvió popular por su practicidad. Los consumidores lo llamaban "el ramen mágico".
La compañía vendió 13 millones de paquetes en su primer año de vida. En los 70 empezó a exportar a los Estados Unidos y Europa, pero Ando notó que el consumo era diferente en esos mercados y si quería globalizar su sopa entonces tenía que adaptarse.
La clave es la taza
Durante uno de sus viejos para visitar a clientes en el mercado estadounidense, el emprendedor vio que ahí no utilizaban bowls ni palitos chinos, sino que comían el ramen en taza y con tenedor. Ando volvió a Japón y en 1971 lanzó los cup noodles cuyo envase cumplía una triple función: packaging, recipiente de cocción y plato. Solo había que agregar agua caliente directo en la taza y en tres minutos estaba listo.
Para promover su nuevo producto, Nissin invirtió en máquinas expendedoras con agua caliente. De esta manera, los consumidores podían comer el ramen apenas lo compraban. Según la Asociación de la Industria Japonesa de Alimentos de Conveniencia, en 1999 el segmento de sopa instantánea en taza ya superaba en volumen a la categoría empaquetada.
La popularidad del ramen instantáneo también llevó a que aparecieran competidores para Nissin. Uno de los más fuertes es Maruchan, creado en 1961 por la alimenticia japonesa Toyo Suisan. Esta compañía cuenta con cuatro fábricas en los Estados Unidos y vende 3600 millones de porciones por año, de las cuales un tercio se comercializan fuera de Japón.
El ramen instantáneo en la Argentina
En la Argentina, el ramen se ganó un espacio dentro del ecosistema foodie con múltiples opciones gourmet en restaurantes especializados. No obstante, el país no ocupa un lugar destacado en el ranking de los consumidores de su variante instantánea.
Según WINA, Argentina consume 20 millones de porciones por año y se ubica en el puesto 51° de la lista global. Por encima se encuentran otros mercados de la región como México (15°) con 1360 millones, Perú (35°) con 170 millones y Chile (45°) con 50 millones.
Las principales marcas del segmento llegan importadas desde Brasil y los Estados Unidos. En el caso de Nissin es comercializada en el mercado interno por Conyntra Fine Food, que también importa otras etiquetas como las pastas De Cecco y el helado Häagen-Dazs. Por su parte, CV Trading es la sociedad que maneja la licencia de Maruchan.
Si bien Unilever y Nestlé cuentan con este producto en su portfolio a través de sus marcas Knorr y Maggi, respectivamente, no lo comercializan en la Argentina. Pero sí surgieron alternativas elaboradas por compañías locales, como Box, de Molino Cañuelas, y Con Tutti, de Giacomo.
La leyenda de Ando
Momofuku Ando es considerado una leyenda en Japón y Nissin también se encargó de alimentar este relato. Hace seis años lanzó un corto animado titulado "El samurái de los fideos" en el que cuenta su historia. A su vez, el propio Ando publicó su autobiografía y protagoniza un libro infantil llamado "El ramen mágico".
Ando murió en 2007 y desde entonces su hijo, Koki, es el encargado de manejar Nissin. La compañía superó las 50.000 millones de porciones vendidas en su historia en septiembre de 2021. Hoy no solo se dedica al ramen, sino que su portfolio incluye productos congelados, bebidas y dulces.
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