Cuervo?, ¿qué hacemos?" -el celular al oído de Eduardo "Wado" de Pedro aguardaba por instrucciones en la comisión de Justicia de Diputados. A unos metros de distancia, los oficialistas Carlos Kunkel y Jorge Yoma se trenzaban en una feroz discusión no exenta de amagues escolares de trompadas a la salida respecto a la creación de una Fiscalía en Pehuajó. Al final, la orden llegó: "Lo firmamos", comunicó el camporista a sus compañeros de bloque, pese a que Yoma, el presidente de la Comisión, decía que había recibido una llamada de Agustín Rossi para posponer el tratamiento del proyecto.
Si bien sus nueve representantes en Diputados responden al bloque que lidera el santafesino Agustín Rossi (FPV), también forman un grupo con identidad propia, muchos de ellos con formación académica y experiencia en ejecutivos nacionales o provinciales. El grupo está liderado por el secretario general de La Cámpora, Andrés "Cuervo" Larroque (35), quien tiene diálogo directo con Máximo Kirchner, y por el ex número dos de Aerolíneas Argentinas, Eduardo de Pedro (35), un hijo de desaparecidos cuya historia conmueve a Cristina Kirchner, con quien mantiene una cercana relación. "Wado", como lo llaman sus allegados, es el cerebro de la mesa nacional de la agrupación y un cuadro técnico-político de alto vuelo, de no ser por una tartamudez que le impide hablar fluídamente en público. Señal de ese poder es que a su llegada, ambos tomaron el control de las oficinas 313 y 338 del tercer piso del Palacio Legislativo que utilizaba Néstor Kirchner mientras era diputado y que se conectan con el Salón de la Juventud recientemente inaugurado por la mandataria y que utilizaría Máximo como búnker para adoctrinar a los jóvenes K.
La suerte de los camporistas se definió antes de los comicios de octubre del año pasado cuando Cristina les guardó puestos clave en las listas del FPV. Aún así, pese a la importante cosecha de bancas para la agrupación en comparación con otros sectores del oficialismo -como el sindicalista, que sólo obtuvo tres en Diputados-, lo cierto es que de las 118 en poder del bloque sobre un total de 257, sólo nueve descansan en sus manos. Mientras que en el Senado, la organización no se quedó con ninguna de las 34 que conquistó el FPV.
Además de Larroque y De Pedro, cuatro de los soldados más fieles en sus filas son los jóvenes diputados Mayra Mendoza (28), ex gerenta de Relaciones Institucionales de la Anses y ex novia de José Ottavis, el vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense y uno de los dirigentes más influyentes de la agrupación; María Luz Alonso (27), una licenciada en Economía de la UBA que antes de asumir su banca se desempeñaba como coordinadora administrativa en la Gerencia de Relaciones Institucionales en la misma entidad previsional, y Anabel Fernández Sagasti (26), una abogada recibida en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo y martillera pública de la Suprema Corte de Mendoza. La joven, que ocupó el lugar en la lista de la ex diputada Patricia Fadel, fundó la Cámpora Mendoza hace poco más un año y medio y actuó como asesora legal del Ministerio de Gobierno provincial. Y, finalmente, el santafesino Marcos Cleri (30), también abogado pero de la Universidad Nacional de Rosario, ex gerente coordinador de los directores del PEN y patrocinador de la agrupación en su ciudad natal.
Se suman, en tanto, a este grupo dos hijos de desaparecidos: Horacio Pietragalla Corti, el nieto recuperado nº 75 y militante de Abuelas de Plaza de Mayo y de Hijos, a cargo por estos días de la Comisión de DD.HH. de La Cámpora, y Marcelo Santillán (39), ex gerente de la Unidad de Atención Integral de la Anses de Tucumán e hijo de un recordado dirigente de los trabajadores de la industria azucarera, Atilio Santillán, asesinado por un comando de la Triple A en 1976, unos días antes del golpe militar. Cierra la lista el veterano Andrés Arregui (50), "el Nono" de La Cámpora, quien se desempeñó durante una década como intendente del partido bonaerense de Moreno.
Pero además, los camporistas "puros" tienen dos aliados naturales: María Eugenia Zamarreño (30), una politóloga que integra el sector político que le responde al ministro del Interior, Florencio Randazzo, que se desempeñaba como Directora Nacional de Asuntos Políticos y Reforma Política, y Leonardo Grosso (27), responsable nacional de la JP Evita. Aunque no forman parte de la agrupación actúan en sintonía.
Ninguno de los camporistas originales quiso responder a este medio al ser consultados en los pasillos del Congreso. Fernández Sagasti fue quien más se explayó en la fundamentación: "No doy notas si no siento la necesidad de comunicar algo", le dijo a WE. Distinta fue la actitud de Grosso, uno de sus aliados: "Tanto los compañeros de La Cámpora como yo formamos parte del bloque oficial y nos sentimos profundamente integrados en él porque es el que mejor expresa las transformaciones en la Argentina y al proyecto nacional que conduce Cristina", aseguró. Los números muestran que, más allá del peso político que algunos camporistas puedan tener, como grupo no cuenta con el número suficiente como para impulsar ninguna iniciativa por sí solos, e indefectiblemente necesitan del resto del bloque del FPV para hacerlo.

En busca de una agenda propia

Las iniciativas legislativas que impulsaron en este primer semestre los diputados de La Cámpora no alcanzan a configurar una agenda propia. Sin embargo, dejan traslucir la identidad generacional de la agrupación. Todos, menos Arregui, estamparon su firma en un proyecto que propone un régimen de boleto estudiantil universitario con un descuento del 30% para estudiantes y profesores. "La educación es un pilar fundamental en la construcción de las sociedades; es una de las principales herramientas para alcanzar la equidad, permitiendo mediante ella, la igualación en el conocimiento de los distintos sectores sociales. Esto implica visualizar a la educación como una inversión, y no como un gasto, fundamentaron los jóvenes K retomando aquella bandera de la Noche de los Lápices.
Y con ese suceso histórico en mente es que también impulsan otro proyecto, aunque no como autores. Larroque, De Pedro, Pietragalla y también Grosso, acompañan una iniciativa de la chaqueña María Pilatti Vergara (FPV) para instituir el 16 de septiembre como Día Nacional de la Juventud, en conmemoración justamente de esa trágica noche para los estudiantes platenses.
En tanto, de los proyectos de declaración, la primera iniciativa en la que se encolumnaron con su firma casi todos los legisladores camporistas a solo seis días de asumir fue uno de Edgardo Depetri (FPV) expresando el reconocimiento al rol y la labor de las Madres en los últimos 35 años. Esta iniciativa fue aprobada a mediados de diciembre del año pasado. La primera victoria de la agrupación. La segunda conquista, la obtuvieron en la Comisión de Derechos Humanos y Garantías, donde se firmó dictamen a un proyecto que manifestó pesar por el fallecimiento de dos Abuelas de Plaza de Mayo, Irma Ramacciotti de Molina y Nélida Cristina Gómez De Navajas.
Otra de las iniciativas, esta vez con firma individual del bonaerense Andrés Arregui, es secundar un proyecto de Nuevo Encuentro que busca ponerle el nombre Teresa Rodríguez -en homenaje a la luchadora social que perdió la vida en la ciudad neuquina de Cutral-Co durante la represión policial del 97- al primer pozo de extracción de la nueva YPF.
"Nuestro primer tema de agenda es destrabar el Congreso, que no sea más un palo en la rueda para el proyecto nacional. Nosotros somos parte del bloque oficial y debemos trabajar en función de la agenda que vaya desplegando el Ejecutivo. Y esa agenda va en línea con lo que la Presidenta nos pide todos los días, que es resolver las deudas pendientes y legislar sobre aquellos derechos que aún no son respetados", defendió Grosso. Tal es así que el único de los diputados de La Cámpora que se animó a firmar un proyecto públicmente rechazado por Cristina fue Pietragalla, de fuerte vínculo con las Abuelas. Se trata de una norma para despenalizar el aborto, acompañada por 57 diputados de diferentes bloques. El resto de las iniciativas con firmas camporistas tiene que ver con cuestiones territoriales o sentimentales de cada diputado.

Espacios de poder

En lo que hace al trámite legislativo de los proyectos, uno de los espacios de poder más importantes son las presidencias de las comisiones. Quienes las ocupan tienen la facultad de decidir cuáles serán las cuestiones que debatirá o no ese grupo reducido de legisladores especializados en una temática particular. La Cámpora no preside ninguna. Y sólo cuatro de ellos fueron designados como autoridades secundarias: el nieto recuperado Pietragalla, regentea el cargo más alto como vice primero de la Comisión de Prevención de Adicciones; Fernández Sagasti es vicepresidenta segunda de Justicia; y Santillán y Cleri son secretarios de Cultura y de Asuntos Constitucionales, respectivamente. El resto de los diputados camporistas integran comisiones sólo como vocales.
No obstante, la agrupación K logró colocar a varios de sus dirigentes en nudos claves en la estructura administrativa del Congreso. Como la Secretaría Parlamentaria de Diputados, que recayó en el camporista Gervasio Bozzano, un dirigente de la localidad bonaerense de Maipú que viene de dirigir la oficina de Enlaces Parlamentarios de la Jefatura de Gabinete de la Nación, cargo que le dio chapa para su nueva función: tiene la misión de definir la viabilidad y el destino de cada proyecto que ingresa a la Cámara.
La Cámpora conquistó también la Secretaría Administrativa de Diputados. El economista Ricardo Angelucci, de La Matanza y ligado al bonaerense Alberto Balestrini, se ocupa de todas las funciones que hacen al funcionamiento del cuerpo, desde el pago de los sueldos y la administración del presupuesto hasta la gestión de los insumos. En el Senado, por su parte, territorio de Amado Boudou, el grupo K controla la Prosecretaría de Coordinación Operativa por medio de Santiago Révora -primo de "Wado" De Pedro-, y el Instituto Federal de Estudios Parlamentarios, a cargo de Pablo Cano, un joven que responde a Larroque. El desafío de La Cámpora: levantar el bajo perfil del primer semestre y dejar una huella más profunda en el recinto tal como lo están haciendo en la dirección de la Cámara baja. z we