

Brasil busca trabajar de manera activa, constructiva y proactiva para obtener en 2013 resultados parciales en las negociaciones de liberalización comercial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), especialmente en el área de agricultura, dijo el candidato brasileño a la dirección general de la entidad, el embajador Roberto Azevedo, a Valor PRO, el servicio de información online de Valor.
Al defender su candidatura en una rueda de prensa el jueves, Azevedo afirmó que el gobierno brasileño está muy preocupado con la parálisis que sufren las negociaciones sobre las reglas y liberalización del comercio en la OMC.
La evolución del sistema (multilateral de comercio) se encuentra paralizada por trabas graves e incluso insuperables, señaló el diplomático.
La delegación brasileña presentó propuestas y negocia con otros países lo que en Ginebra se denomina cosecha temprana (puesta en marcha de los pocos acuerdos ya definidos): las nuevas reglas de comercio a aplicarse mundialmente, aunque no se concluya completamente la Ronda de Doha de negociaciones de la OMC, lanzada en 2001, indicó.
Los diplomáticos en la representación de la OMC en Ginebra discuten propuestas de acuerdos a confirmarse en la reunión ministerial de la organización, en diciembre, en Bali, Indonesia, en temas como facilitación de comercio (desburocratización y estandarización de las prácticas de comercio exterior), agricultura y compras públicas, por ejemplo.
Según Azevedo, Brasil busca la implementación de reglas mundiales de administración de cuotas de importación. Hoy, problemas administrativos de ciertos gobiernos impiden a naciones como Brasil completar las cuotas de carnes y otros productos. Hicimos otra propuesta, para facilitar el comercio de bienes perecibles en el área agrícola, con la idea de evitar que bienes con plazo de validad se pierdan en función de demoras burocráticas, informó el diplomático. También estamos pensando en medidas para evitar subsidios a la exportación en el área agrícola.
Otros países tienen propuestas acerca de reglas para la propiedad intelectual, compras públicas y seguridad alimentaria de naciones menos desarrolladas. Azevedo indicó que existen posibilidades de avanzar en algunos de esos temas, por el interés de los gobiernos en preservar la credibilidad de la OMC y su capacidad de reaccionar una vencida la actual crisis financiera internacional.
Uno de los principales responsables de aprobar la idea de cosecha temprana, Azevedo defiende su candidatura a ocupar la dirección general, que se cambiará en septiembre, a pocas semanas de la reunión ministerial, en un momento delicado de esa negociación.
Una de mis mayores sorpresas en ese proceso fue que delegaciones con las que trabamos batallas muy fuertes y difíciles abordaron el lanzamiento de nuestra candidatura con gran entusiasmo, aseguró Azevedo, que como embajador de Brasil ante la OMC estuvo al frente de todas las disputas comerciales del país en los últimos años. Es además el principal responsable de la iniciativa brasileña de discutir los efectos de las variaciones de las monedas sobre el comercio internacional, palco de lo que el ministro de Economía, Guido Mantega, denominó guerra cambiaria.
Azevedo no cree que existan las condiciones para debatir, ahora, en la OMC, mecanismos para lidiar con los efectos del cambio sobre el comercio mundial. Pero considera que es el momento de discutir el papel de la entidad multilateral en ese tema y no espera que su defensa activa de la cuestión perjudique su candidatura. No cabe al director general decidir hacia dónde va la organización, quienes deciden son los países miembros, señaló. Dijo que si fuera electo, facilitaría ese debate.
La OMC es una organización de comercio. Atritos, divergencias de opinión son naturales, constantes e inevitables, argumentó, al explicar el respaldo de países que fueron adversarios de Brasil en discusiones en la entidad.










