Muchos consumidores brasileños ingresaron en el mundo de la computación en la última década con PCs de empresas nacionales como Syntax, Intelbras y Amazon PC. Con el impulso de los incentivos fiscales de la ley Bem, de 2005, esos otros fabricantes locales conquistaron una presencia significativa en el sector minorista en todo el país. Pero con el crecimiento del mercado y las inversiones de la competencia extranjera como Hewlett-Packard (HP), Dell, Lenovo, Asus y Samsung, varios fabricantes brasileños cerraron las puertas o cambiaron de área. En consecuencia, la participación de las compañías nacionales registró una reducción dramática en el mercado.

Entre los diez principales vendedores de PCs en Brasil en 2010, seis fabricantes eran brasileños, según la empresa de sondeo IDC. A finales de 2012, solo tres nombres nacionales participaban de esa lista: Positivo Informática, CCE e Itautec. Considerando todas las empresas brasileñas que actúan en el mercado, la participación del grupo aún es relevante: representa 54% del total de ventas, en números de unidades. Sin embargo, en 2010 esa participación era de 64%.

La distribución también es desigual. No existe un número oficial de fabricantes nacionales que actúan en el mercado de PCs, pero sobre el escenario hay muchas compañías de pequeño porte, que responden por franjas reducidas de la torta, con excepción de las marcas consolidadas, como Positivo. En el caso de las multinacionales, la composición es diferente. Son pocas empresas, con gran poder de fuego, lo que les permite a cada una ocupar un espacio mayor.

La expectativa es que se reduzca más la participación de los fabricantes nacionales. Itautec, que el año pasado fue la séptima por sus ventas de PCs en Brasil, anunció la semana pasada que cerrará sus operaciones. Ese hecho, sumado a la incorporación de CCE a la china Lenovo, deja en la lista de los vendedores más importantes a Positivo, líder en el sector, con 13% de participación.

Marcas como Microboard, Qbex, SpaceBR, entre otras, permanecen en la lista de equipamientos disponibles en el sector minorista, pero la actuación de la mayoría de esas compañías se limita a determinadas regiones del país.

La principal dificultad que afrontan los fabricantes brasileños es la escala, que se tornó una condición para tener éxito. Se convirtió en un negocio de volumen, con márgenes de ganancia cada vez más apretados. Tiene ventaja quien consigue fabricar grandes cantidades, dijo Henri Penchas, ejecutivo jefe de Itautec, en una entrevista con Valor, al explicar la decisión de abandonar el área de PCs. Con más recursos que las empresas brasileñas, las compañías internacionales también consiguen protegerse mejor de las fluctuaciones cambiarias, otro punto crítico, porque los insumos se cotizan en dólar.