La crisis económica ayudó a inflar los precios del oro en los mercados internacionales y contribuyó al récord positivo en la balanza comercial de Brasil. Después de registrar en 2012 el mayor valor con la venta del metal bajo la forma de semi-elaborados (más de u$s 2.300 millones de oro en barras, hilos o perfiles), el país, en enero, batió el récord de venta de oro en un mes, con exportaciones por u$s 285,8 millones, 4% superiores al volumen embarcado en enero del año pasado.

Fueron 5,26 toneladas, 1% más que el volumen de un año atrás.

La fuerte demanda por oro para reservas monetarias y para joyería ayudó a sostener el mercado y aumentar las ventas brasileñas, que registraron una fuerte aceleración desde 2007.

El récord de este año es significativo, por superar el valor de enero de 2012, cuando las ventas crecieron 40% en valor y 16% en volumen.

Cuando hay crisis financiera, la gente corre al oro, resumió el director de Asuntos Monetarios del Instituto Brasileño de Minería (Ibram), Marcelo Ribeiro Tunes. El crecimiento de las clases medias en los países emergentes fue otro factor que sustentó la demanda, señaló.

En 2011 la cotización del oro llegó a superar los u$s 1.800 y, por un breve período, alcanzó u$s 1.900 la onza troy (unidad de medida equivalente a 31,1 gramos), muy arriba de los niveles actuales, en torno a los u$s 1.700.

En Brasil, el auge de las ventas al exterior, en volumen, fue el año 2010 cuando las exportaciones casi llegaron a 46 toneladas. La suba de precios garantizó sucesivos récords de exportación incluso en 2012, cuando se registró un aumento de la demanda interna, con las 34 toneladas adquiridas por el Banco Central (BC) brasileño, siguiendo la tendencia mundial de aumento de reservas internacionales en oro.

Por motivos tributarios, el oro se exporta como activo financiero, para bancos en el exterior, lo que impide a los exportadores tener un cuadro más preciso acerca de la demanda final de oro brasileño.

Sin embargo, el sector no tiene dudas de que la tendencia es a la suba.