Mantener un pasaporte vigente en Estados Unidos no es solo un requisito para viajar, sino una obligación legal directamente vinculada a la identidad, la seguridad y el estatus de cada persona ante el gobierno federal.
Obtener el pasaporte, renovarlo a tiempo y cumplir con todas las condiciones establecidas por el Departamento de Estado resulta esencial para evitar restricciones de viaje, demoras en trámites oficiales y posibles sanciones.
En un país con estrictos controles documentales, garantizar que el pasaporte esté actualizado y válido es la única manera de prevenir problemas legales y de asegurar que el documento siga siendo reconocido como una identificación internacional confiable.
Estados Unidos prohíbe y suspende pasaportes por este motivo
El gobierno de Estados Unidos permite que el Servicio de Impuestos Internos (IRS) certifique a contribuyentes con deudas fiscales “seriamente morosas” ante el Departamento de Estado, lo que faculta a este último a negar la emisión de un pasaporte o revocar uno ya vigente.
La cifra que habilita la suspensión de pasaportes es de USD 59.000, incluyendo impuestos, sanciones e intereses.
Para proceder con la revocación del pasaporte, la deuda debe ser legalmente exigible y evaluada por el IRS. Una vez que la agencia financiera haya emitido un aviso de gravamen federal o una acción de embargo, el contribuyente tiene un plazo de 90 días para presentar un plan de pago, una oferta de compromiso o una solicitud de audiencia para que suspenda la acción.
¿Qué ocurre con estos pasaportes?
Cuando el IRS certifica que la persona posee una deuda “seriamente morosa” superior a USD 59.000 y transcurridos los 90 días no hubo ningún tipo de apelación, el Departamento de Estado puede:
- Negar la emisión de un nuevo pasaporte o la renovación del documento.
- Revocar o cancelar un pasaporte ya vigente o emitir uno de validez limitada para retorno a Estados Unidos.