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Marco Rubiogeneró polémica tras respaldar una de las ideas más criticadas y controversiales de Donald Trump, durante una entrevista en NBC, sobre el país vecino de Estados Unidos, Canadá.
Lo dicho por el Secretario de Estado de Estados Unidos no pasó desapercibido, ya que el país canadiense se encuentra en plena campaña electoral y además porque la polémica no tardó en agrandarse.
Qué dijo Marco Rubio sobre Canadá y por qué provocó una nueva polémica
En su participación en Meet the Press, Rubio fue consultado sobre los comentarios de Trump sobre Canadá. En lugar de tomar distancia, afirmó que el presidente "cree sinceramente que Canadá estaría mejor como parte de Estados Unidos".
Además, añadió que esa opinión se basa en "lo que dijo un ex primer ministro canadiense sobre la fragilidad económica de su país frente al comercio bilateral".

Esta declaración activó una ola de respuestas en medios canadienses, donde se interpretó como un intento encubierto de intervención política. Para analistas locales, las palabras de Rubio alimentaron una narrativa que refuerza el discurso nacionalista justo antes de las urnas.
El momento fue especialmente delicado. La renuncia de Justin Trudeau dejó a Mark Carney en el centro de una contiendaelectoraldefinida por márgenes estrechos. Los comentarios de Rubio y Trump se transformaron en munición política para ambos lados de la competencia.
Por qué Canadá reaccionó con firmeza a las declaraciones de Trump y Rubio
La relación entre Canadá y Estados Unidos ha sufrido vaivenes, pero la sugerencia de una anexión simbólica superó cualquier roce anterior. Las autoridades canadienses interpretaron el comentario como una falta de respeto hacia su soberanía nacional, y el tema se instaló en la agenda política con fuerza.
Mark Carney, aunque evitó responder directamente a Rubio, reafirmó el compromiso de Canadá con una política exterior independiente. Los conservadores, por su parte, también rechazaron cualquier insinuación de pérdida de autonomía, tratando de desmarcarse del tono provocador del mandatario estadounidense.

Desde Washington, la Casa Blanca optó por el silencio. No hubo corrección ni aclaración oficial tras las palabras del senador. Mientras tanto, en redes sociales y columnas de opinión, voces destacadas de la política canadiense calificaron el comentario como una provocación innecesaria y un intento de desestabilizar el clima electoral del país.











