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A partir de julio de 2025, la administración de Donald Trump activó un nuevo proceso de embargo de salarios para todos los prestatarios de préstamos estudiantiles en mora.

Esta decisión marca el fin oficial del período de gracia implementado durante la pandemia, que se extendió por cinco años y concluyó en mayo de 2025.

Según el Departamento de Educación, quienes tengan pagos atrasados podrán ver retenidos sus sueldos, reembolsos de impuestos y beneficios federales, como parte del proceso de cobro automático. En total, se estima que más de 5.3 millones de personas recibirán notificaciones del Departamento del Tesoro sobre los inminentes embargos.

¿Quiénes verán embargados sus salarios desde julio?

El cambio afecta especialmente a los deudores que acumulan más de 90 días de morosidad, un grupo que representa el 20.5% de todos los prestatarios estudiantiles, según un informe reciente de TransUnion.

Con el fin de los programas de indulgencia temporal, los embargos se activan de forma automática, y no requieren una orden judicial previa. Esto significa que los empleadores estarán legalmente obligados a retener una parte del salario mensual y transferirlo al Gobierno federal.

¿Qué pueden hacer las empresas para salvar a sus empleados del embargo?

Frente a este panorama, expertos financieros proponen que las empresas tomen un rol más activo para mitigar el impacto económico sobre sus trabajadores. Algunas opciones ya disponibles incluyen:

  • Contribuciones equivalentes para el pago de deudas, en lugar de aportes para jubilación, bajo la Ley Secure 2.0.

  • Canje de días de vacaciones no utilizados por fondos aplicables al saldo de préstamos estudiantiles.

  • Programas de asistencia educativa, que permiten a las compañías ofrecer hasta USD 5,250 anuales por empleado para pagar deuda estudiantil. Este beneficio está vigente hasta fines de 2025.

Además, se recomienda brindar asesoría financiera personalizada, ya que muchos trabajadores enfrentan múltiples préstamos con distintas tasas y plazos, lo que complica la toma de decisiones informadas.

Más allá del apoyo monetario directo, los especialistas coinciden en que la educación financiera será clave para prevenir que más empleados caigan en mora. Aprender a refinanciar préstamos, renegociar tasas o inscribirse en planes de pago adecuados puede marcar la diferencia.