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Las patologías no transmisibles son la causa principal de muerte a nivel mundial, representando el 71% de los decesos anuales, según los datos compartidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para reducir las probabilidades de desarrollar alguno de estas padecimientos, los especialistas recomendaron reducir los posibles factores de riesgo. Por ese motivo, es necesario conocer qué es el síndrome de vómitos cíclicos, cuáles son los síntomas y cuáles son los terapias posibles.

¿Qué es el síndrome de vómitos cíclicos?

Según explica el portal sobre saludMayo Clinic, el Síndrome de Vómitos Cíclicos (SVC) es un trastorno gastrointestinal caracterizado por episodios recurrentes de vómitos intensos y no relacionados con una enfermedad subyacente. Estos episodios pueden durar desde horas hasta varios días, seguidos de períodos de bienestar completo. Aunque la causa exacta del SVC no se conoce, se ha asociado con factores como el estrés, la ansiedad y ciertos desencadenantes alimentarios.

Este síndrome afecta principalmente a niños, aunque también puede presentarse en adultos. El diagnóstico se basa en la historia clínica y la exclusión de otras condiciones médicas. El tratamiento suele incluir medidas para controlar los síntomas durante los episodios y estrategias para prevenir futuros ataques, como cambios en la dieta y el manejo del estrés.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de vómitos cíclicos?

El síndrome de vómitos cíclicos se caracteriza por episodios recurrentes de vómitos que suelen comenzar por la mañana y tienen una duración similar. Entre los episodios, la persona generalmente se siente bien y no presenta náuseas. Antes de que inicie un episodio, es común experimentar náuseas intensas y sudoración. Durante los episodios de vómito, pueden presentarse otros síntomas como dolor abdominal, diarrea, mareos, sensibilidad a la luz, dolor de cabeza y arcadas.

¿Cómo saber si una persona tiene síndrome de vómitos cíclicos?

El diagnóstico del síndrome de vómitos cíclicos es un proceso complejo, ya que no existe una prueba específica que lo confirme. El médico comenzará evaluando los antecedentes médicos del paciente y realizando una exploración física, además de indagar sobre el patrón de síntomas que se presentan. Es fundamental descartar otras afecciones que puedan estar causando los vómitos.

Una vez recopilada la información inicial, el médico puede recomendar una serie de estudios complementarios. Estos pueden incluir estudios por imágenes, como endoscopias o tomografías, para identificar obstrucciones en el sistema digestivo, así como pruebas de motilidad para evaluar el movimiento de los alimentos. También se pueden realizar análisis de laboratorio para descartar problemas metabólicos o de tiroides que podrían estar contribuyendo a los síntomas.

¿Cuál es el mejor tratamiento para el síndrome de vómitos cíclicos?

El síndrome de vómitos cíclicos es una condición que no tiene cura, pero muchos niños superan los episodios al llegar a la adultez. Para manejar esta afección, es fundamental centrarse en el control de los síntomas. Esto puede incluir la administración de medicamentos específicos que ayuden a mitigar las náuseas y el dolor, así como a reducir la acidez estomacal.

Los tratamientos pueden variar según las necesidades individuales y es posible que se receten analgésicos, antidepresivos o incluso medicamentos anticonvulsivos. En algunos casos, los fármacos utilizados para tratar la migraña también pueden ser efectivos para prevenir o detener los episodios de vómitos cíclicos, especialmente en aquellos con antecedentes familiares de migraña.

Además, es crucial estar atento a la hidratación, ya que los episodios de vómitos pueden llevar a la deshidratación. En situaciones severas, puede ser necesario administrar líquidos por vía intravenosa. El enfoque del tratamiento debe ser personalizado, considerando la gravedad de los síntomas y cualquier complicación que pueda surgir.

Para finalizar, es aconsejable consultar con un especialista en salud ante cualquier duda o síntoma. La información médica puede ser compleja y es importante acudir a fuentes confiables para vitar la automedicación y basar las decisiones de tratamiento en evidencia clínica.