

Una bola de fuego sorprendió a cientos de personas al atravesar el cielo del sureste de Estados Unidos el 26 de junio pasado, en pleno mediodía. El evento fue visible en varios estados y generó una potente onda sónica que sacudió ventanas, alarmó a residentes y dejó rastros físicos en al menos una vivienda.
El fenómeno es considerado extremadamente inusual por haber ocurrido durante el día, cuando la luz solar suele impedir la visibilidad de este tipo de objetos. Según la NASA, solo entre cinco y diez bolas de fuego diurnas son detectadas al año.
Descubrimiento sin precedentes: científicos detectan una "bola de fuego"
De acuerdo con el Meteoroid Environment Office de la NASA, el objeto medía cerca de 0,9 metros de diámetro y pesaba más de una tonelada. Ingresó a la atmósfera a unos 48.000 km/h sobre Oxford, Georgia, y se desintegró a 43 km de altitud. La explosión liberó una energía equivalente a 20 toneladas de TNT.
La bola de fuego fue observada desde distintos puntos del sureste estadounidense, y más de 200 reportes fueron registrados por la American Meteor Society. Uno de los fragmentos habría impactado una casa en el condado de Henry, Georgia, perforando el techo.

El evento se produjo durante la temporada de los Beta Táuridas, una lluvia de meteoros vinculada al cometa Encke. Aunque no se ha confirmado que la bola de fuego pertenezca a esta corriente, los científicos consideran que podría estar relacionada.
La desintegración parcial del objeto antes de tocar tierra impidió un daño mayor, pero dejó restos que los astrónomos consideran valiosos. Su análisis podría aportar nueva información sobre la composición de los asteroides y la historia temprana del sistema solar.
La NASA realizará una investigación para evaluar la trayectoria de la bola de fuego
La NASA y la American Meteor Society continúan analizando la trayectoria y la posible recuperación de meteoritos.

El objetivo es determinar el origen del objeto y confirmar si fue parte de una agrupación mayor de fragmentos espaciales.















