Los costos de contener la violencia de las guerrillas de las FARC equivalen al 18% del Producto Interno Bruto de Colombia, en momentos en los que negocian la paz.


A pesar de que Colombia está en medio de un proceso para lograr una paz con las FARC, los costos de contención de la violencia como porcentaje del PBI son de los más altos del mundo (el noveno puesto a nivel global) y equivalen a 18%.


Así lo evidencia el Índice de Paz Global realizado por el Institute for Economics and Peace. Colombia se ubica en el puesto 146 entre 162 países, dentro de la categoría de bajo nivel de paz, el puesto más bajo entre los países de la región, pero no muy lejos de Venezuela (142), Brasil (103) y Perú (92) quienes también fueron considerados entre los estados más violentos.
La contención de la violencia, si bien ocupa un gran porcentaje del PBO nacional, es necesaria por la coyuntura que está viviendo el país. Según Ramiro Molina, profesor asociado e investigador, el gasto en defensa tiene muchas otras variantes que se deben tener en cuenta.


"No se pueden tomar aisladamente los temas del conflicto y del posconflito, porque a estos se debe sumar la situación económica que está viviendo Colombia con la caída de los precios de los commodities. Por eso el país necesita una gran cantidad de presupuesto que soporta la sensación de seguridad que tienen los ciudadanos".


Para Humberto Suárez, experto político en materia de paz, el costo en defensa no es el único precio que se paga por el conflicto social en el que vive el país, "también hay costos indirectos como los que se pagan en la agricultura, que por los niveles de violencia ha dejado de ser un sector atractivo para la inversión. La criminalidad en las grandes ciudades, los desplazamientos y la movilidad internacional que están realizando personas con excelentes capacidades investigativas también le pasan factura al país".


De acuerdo con el informe, la posición de Colombia en el ranking está relacionada con la cantidad de desplazamientos que han resultado del conflicto interno.


Sin embargo, para Suárez, existen muchas otras razones por las que la violencia en el país sigue siendo un tema delicado. "El conflicto, al tener una raíz social, ha generado un debilitamiento de la institucionalidad, que incrementa los índices de intolerancia y malestar, reflejados en conductas violentas".


Según el IGP, la posición de Brasil se explica por el incremento que ha venido presentando en materia de corrupción y la agitación civil. En el caso de Venezuela, de manera similar, su posición es la repuesta al gran número de manifestaciones violentas de los últimos años y la construcción del arsenal militar en el que está trabajando.


En la otra cara de la moneda, Chile continúa siendo el país más pacífico de la región y el segundo en el Hemisferio Occidental después de Canadá. Están seguidos por Uruguay (en el puesto 44) que según el informe ha mejorado en cuanto al número de oficiales de seguridad y velocidad con la que la policía está realizando sus operaciones.


Argentina se sitúa en la posición 60, por encima de Grecia y después de Sierra Leona. Ecuador le sigue en el 84, tras mejorar varias posiciones respecto al año pasado por la reducción de los conflictos internos y el fortalecimiento de la economía del país.


Paraguay (89) y Bolivia (90) se ubicaron por encima de Perú (92). Esta última fue la nación suramericana que más escalones subió en el ranking gracias a su mejora en el indicador de "muertes por conflicto interno".


El Índice Global de Paz, del Institute for Economics and Peace que se realiza anualmente y que toma como referencia 23 indicadores entre los que se encuentra la seguridad interna, la participación en conflictos y el grado de militarización, registró como el país más pacífico del mundo a Islandia, seguido de Dinamarca y Austria. Mientras que Siria, Irak y Afganistán, afectados por conflictos internos y un auge del terrorismo, ocupan los últimos lugares como los países más violentos