

Sin esperanzas de que los cambios recientes en el ministerio de Economía de Argentina puedan mejorar las relaciones comerciales entre los dos principales socios del Mercosur, la Asociación Brasileña de Industrias de Calzados (Abicalcados) volvió a pedirle al gobierno brasileño que se involucre para destrabar las exportaciones al país vecino.
La entidad prevé que si no cambia esa situación, el sector despedirá entre 8.000 y 10.000 trabajadores en 2014, la mayor parte de Rio Grande do Sul.
El cálculo considera que entre 10 millones y 12 millones de pares de zapatos dejarán de exportarse a Argentina el año próximo por la indulgencia del gobierno brasileño frente al proteccionismo de Buenos Aires, dijo el presidente de la entidad, Heitor Klein. Abicalcados estimó que esa industria empleaba 352.700 trabajadores en septiembre, 2,2% menos que en el mismo mes del año pasado, de los cuales 114.000 en el estado de Rio Grande do Sul.
La principal barrera impuesta por el gobierno argentino es la Declaración Jurada de Anticipación de Importaciones (DJAI), que atrasa la liberación del ingreso de los calzados brasileños en el país mucho más allá del plazo de 60 días previsto por la Organización Mundial de Comercio (OMC), según Abicalcados.
La exigencia de ese documento es parte de la política de uno por uno: por cada dólar importado, uno debe exportarse. La asociación considera que el tema podría superarse si el gobierno brasileño crea una línea de crédito para que los argentinos financien las importaciones de calzados. Pero algunos empresarios defienden medidas más drásticas como contrapartida al bloqueo informal. Brasil tendría que aplicar las mismas barreras para productos argentinos como el trigo, dijo el director del grupo Priority, Eduardo Schefer.
Los problemas de los empresarios brasileños del calzado se vienen agravando desde agosto y actualmente hay 700.000 pares de zapatos ya negociados a la espera de ser liberados para poder llegar a los minoristas y distribuidores argentinos. Parte de esta mercancía se encuentra bloqueada desde julio. El valor total involucra alrededor de u$s 13 millones, equivalente a 9,5% de todas las exportaciones para Argentina en 2012.
Este año, los embarques retrocedieron 12,1% en valor y 17,9% en volumen entre enero y octubre, en comparación con igual período del año pasado, a u$s 107,4 millones y 7,7 millones de pares, respectivamente. "Algunas empresas están abandonando el mercado argentino y los importadores de allá tienen dudas para hacer los pedidos", explicó Klein. El socio de Brasil en el Mercosur es el segundo mayor mercado de las exportaciones brasileñas, detrás de Estados Unidos.
Según el ejecutivo, las sustituciones del ex ministro de Economía de Argentina, Hernán Lorenzino, por Axel Kicillof, y del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por Augusto Costa, no facilitarán las cosas para los brasileños. De parte de Argentina quedará todo igual, afirmó Klein, que el mes pasado pidió ayuda a la presidenta Dilma Rousseff durante una visita de la mandataria a la ciudad de Novo Hamburgo, en Rio Grande do Sul.
En ese encuentro, la presidenta le encargó al ministro de Educación, Aloizio Mercadante, que encontrase una solución al problema, según Klein. Esta semana, el titular de Abicalcados recibió un llamado del ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior sugiriendo una audiencia con el secretario ejecutivo de esa cartera, Ricardo Schaefer, por problemas de agenda del ministro Fernando Pimentel. "Ya hablamos con él (Schaefer) cuatro veces. Ahora queremos conversar con el ministro", exigió Klein.
Frente al impase, la ministra de la Casa Civil, Gleisi Hoffmann, recibió ayer a un grupo de representantes de Abicalcados en Brasilia, entre ellos al director del grupo Priority, que exige al gobierno brasileño imponer medidas más duras. El fabricante tiene 50.000 pares negociados a la espera de autorización para ingresar a Argentina, equivalente a un tercio de todas las exportaciones previstas para el país vecino este año.
Schefer indicó que Argentina es el principal mercado externo de la empresa y observó que si no se regulariza el comercio bilateral en 2014 no podrán evitarse los despidos. Priority emplea 2.000 personas en Rio Grande do Sul y en Sergipe.
En el grupo que recibió Hoffmann también estaba el director administrativo y financiero del Calcados Bibi, Rosnei Alfredo da Silva. Bibi tiene 80.000 pares retenidos en transportadoras a la espera de que las autoridades argentinas liberen su ingreso al país, lo que corresponde a la mitad de las ventas proyectadas para Argentina en 2013, según Da Silva. Por ahora el ejecutivo no prevé despidos entre los 1. 600 empleados que trabajan en Rio Grande do Sul y Bahía l l













