En los últimos años, globalización mediante, los riesgos en el mundo corporativo de incurrir en prácticas reñidas con la ética y la legalidad aumentaron exponencialmente. Esta problemática será desarrollada en el próximo Congreso Latinoamericano de Ética, Transparencia y Compliance Anticorrupción a realizarse el 1ro y 2 de agosto en nuestro país. Allí se dará cuenta de que la implementación de mecanismos sobre reportes corporativos, los requisitos requeridos para la interrelación entre proveedor-cliente o entre empresa y sector público-privado se han impuesto basado en los cambios en la legislación sobre prácticas anticorrupción corporativas. Una infracción cometida en un lugar recóndito puede repercutir en las casas matrices, impactando de manera considerable en el valor económico de una organización. Este fenómeno se traduce, al menos, en tres niveles.

Primeramente, dentro de la empresa, se desarrollan programas de compliance (cumplimiento de normas) con los cuales se definen las políticas internas, se entrena al personal y se investigan y sancionan los desvíos en lo que a ética, transparencia y anticorrupción se refieren.

A eso se agrega que cada vez más legislaciones requieren que las compañías aseguren que sus reglas éticas sean respetadas no sólo por sus empleados, sino también por quienes integran su cadena de valor.

Así y todo, es cierto que muchas veces las compañías se ven en la tentación de no dar cumplimiento a estas regulaciones, porque creen que si no lo hacen lo harán sus competidores. La solución propuesta a este problema de competencia desleal pasa porque la mayor cantidad posible de competidores asuman, colectivamente, compromisos de ética y transparencia referenciado entre sus pares.

Por otro lado, toda organización tiene una cultura y, en algunos casos, un código de ética y de conducta que rige las relaciones de sus empleados con sus públicos. Hay que asegurarse de que todos los stakeholders los conozcan. Y además de que las normas sean conocidas y comprendidas, hay que asegurarse de que sean vividas por la organización como algo necesario y natural.

Finalmente debemos remarcar que existe una estrecha co-relación entre la ética, la transparencia, la seguridad jurídica y las inversiones directas para garantizar el crecimiento de un país. Por ello surge como natural que las instituciones funcionando para protegerlas, tengan internalizado fuertemente el concepto de la honestidad corporativa que garantiza la sustentabilidad tanto social, económica, como moral de una nación.