

En los antiguos circos había una rutina por la cual un hombre (o una mujer) se introducían en un cañón por su boca y con su propia mano encendían el mecanismo de ignición que los lanzaba como un cohete.
Algo parecido fue lo que hicieron Néstor y Cristina Kirchner con Argentina entre el 2003 y el 2013.
Paso a paso nos fueron eyectando de la región, el hemisferio occidental, Europa y Asia (con algunas excepciones: Irán y Venezuela).
Con Chile, les cortamos el suministro de gas y, últimamente, el servicio de tierra a LAN.
Con Uruguay les bloqueamos por casi 4 años los puentes.
Con Brasil, volvimos al sistema de “licencias no automáticas” violando los acuerdos bilaterales y los del Mercosur. Finalmente, Vale Do Rio Doce y Petrobras decidieron liquidar sus inversiones en el país.
Las arbitrarias decisiones del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, respecto de las importaciones provocaron la reacción norteamericana y nos excluyeron del “Sistema Generalizado de Preferencias” por el cual ingresaban con muy bajo arancel más de 100 productos argentinos al mercado norteamericano.
Esto, sumado a los gestos agresivos con el Presidente Bush en la cumbre hemisférica de Mar del Plata en el 2005 y la incautación en el 2010 de la valija de comunicaciones de una delegación militar en el Aeropuerto de Ezeiza, congelaron las relaciones con los EEUU y sacaron de agenda toda posibilidad de una visita presidencial norteamericana (léase las ya efectuadas a la región del presidente Obama).
Los EE.UU. y otros 39 importantes clientes comerciales, por primera vez en la historia, nos plantearon una queja colectiva en la Organización Mundial de Comercio - OMC - contra el desmadre de nuestra política aduanera - Allí están todos los países de la Unión Europea, Japón, Corea, Méjico, Rusia y China (¡Una verdadera conspiración planetaria contra Argentina!).
A la madre patria, España, les expropiamos Aerolíneas Argentinas y Repsol.
Al FMI lo “combatimos” pagándole‘ al contado los u$s 10.000 millones que les debíamos a una tasa del 2% para endeudarnos al 15% por la misma cifra con Venezuela.
Ahora no podemos hacerlo a ninguna tasa ni con el “pajarito chiquitico” porque el ‘riesgo país‘ de Argentina supera los 1.200 puntos (nuestros vecinos Chile, Uruguay y Brasil tienen menos de 200 puntos).
Claro que gracias a “independizarnos” del FMI, pudimos falsificar nuestras estadísticas públicas y así engañar en forma “nacional y popular” a propios y extraños (¡Minga con aceptar la “vergonzosa” inspección anual de la institución!).
A los países amigos que nos prestaron plata - agrupados en el Club de Paris - les dejamos de pagar en el 2001 y nunca más les dimos ni la hora pese a que nos debemos encontrar con ellos en las reuniones del G-20 donde todavía tienen la generosidad de no echarnos. Es precisamente el mismo G-20 quien está buscando eliminar los “Paraisos Fiscales” cuando nosotros hacemos la propuesta de blanqueo más conveniente para narco-lavadores.
Sino fuera porque lo que aquí les cuento es trágica y estrictamente cierto, deberíamos reírnos y aplaudir a esta pareja de consagrados artistas circenses que tan eficazmente nos han lanzado una y mil veces por la boca del cañón hacia el espacio infinito.
Pareciera que ya es hora de apagar el cañón y volver al mundo que nos espera, amigable y pacientemente.












