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Luz Azul, pyme láctea bonaerense, anunció que les quitará el IVA a 80 productos hasta fin de año. La acción, informó la compañía, tiene el objetivo de bajar los precios de los alimentos, ante la negativa del Gobierno de eliminar la carga impositiva que tienen los productos comestibles en el país.

"Percibimos que el consumidor, lo único que busca son buenos precios, promociones y ofertas. Por eso, y al ver que el gobierno actual todavía no bajó los impuestos en los productos comestibles, decidimos hacerlo nosotros en beneficio del consumidor", aclaró Gabriela Benac, gerente general de la firma nacida en la ciudad de Azul.

Para el mes de junio, la lista de productos a los que se les descontará el impuesto al valor agregado estará conformada por queso gouda, chorizo colorado, pepinillos, hummus clásico, jugo de manzana, tapas de empandas y sal parrillera.

"Estamos en un contexto económico en el que la inflación sigue siendo un tema central para las familias argentinas. A pesar de que los índices mostraron señales de desaceleración en los primeros meses de 2025, los precios de muchos productos siguen altos, por eso, queremos darle un respiro a nuestros clientes para que no dejen de consumir lácteos" recalcó Benac.

La pyme bonaerense con fuerte presencia en Capital Federal está en busca de su expansión, tanto federal como regional. Es por eso que el año pasado invirtió u$s 900.000 en su planta para ampliar sus líneas de producción, empezar a producir nuevos productos

La empresa proyecta abrir su primer local en Paraguay durante el primer semestre del año y seguirá con su estrategia de expansión mediante el sistema de franquicias en la Argentina.

Para remodelar su fábrica -en la que actualmente tiene una capacidad de producción de 80 mil litros de leche por mes-, la compañía hizo una inversión de u$s 600.000. La obra implicó la ampliación en más de 1000 metros cuadrados (m2) y la mejora edilicia de la planta, con un nuevo sector en el que trabajará en su próximo desafío: ser la mejor marca de quesos con ojos, es decir, fontina, pategrás y gruyere.

"Son quesos más rentables, pero más difíciles de hacer ya que requieren de una línea especial. Además, tienen buen valor de venta y márgenes de rentabilidad más altos. La inversión estuvo focalizada en esta línea para producir este tipo de quesos con valor agregado", señaló Gabriela Benac, gerente general de Luz Azul.

Hoy, desde su propia fábrica en la provincia de Buenos Aires, procesa 80.000 litros de leche fluida diaria, y produce más de 50 productos propios en distintas presentaciones.

La solución a la crisis está en la eficiencia y la reducción de costos

El año pasado estuvo marcado por una fuerte recesión económica que rondó el 20% en términos generales. En el caso de la pyme láctea, si bien el último trimestre del año ayudó a recuperar meses más flojos, las ventas acompañaron la inflación.

"Diciembre terminó con ventas entre 25% y 30% superiores contra el mismo mes de 2023. Fue un repunte muy fuerte. Sin embargo, el año fue durísimo, de muchísima inflación y sobre todo ajuste en la parte de márgenes de rentabilidad", reveló Benac.

Una de las claves que, según la emprendedora, incidieron en los resultados de la empresa fue el hecho de tener venta directa, ya que hace que las transacciones se mantengan mucho más que si estuvieran en los supermercados, por ejemplo, donde hay más opciones para elegir.

"En 2025 tenemos que ser muchísimo más eficientes en todos los aspectos. Vamos a recortar al máximo la parte de gastos y trabajar mucho en el control. Creemos que va a ser un año mejor, pero tenemos que estar muy afilados", señaló.

Luz Azul tiene un promedio de apertura de locales mediante el sistema de franquicias de entre 10 y 12 tiendas anuales. Hoy, con un total de 70 locales a la calle, proyecta abrir otra docena durante 2025.

Hace una década, Luz Azul era una lechería que empleaba a 15 personas, procesaba 14.000 litros diarios de leche y su cierre era inminente. En 2012, fue Gabriela Benac quien se hizo cargo de la empresa mediante un alquiler con opción a compra de la compañía que, en ese entonces, estaba manejada por la Cooperativa Eléctrica de la Ciudad de Azul.

La principal razón de este cambio de rumbo fue una apuesta a la que la emprendedora llama "directo de fábrica" y que se refiere al crecimiento de la empresa mediante franquicias, capacitación y una fuerte apuesta en la imagen y comunicación de la marca, además de garantizar calidad y precios económicos en la mayoría de sus productos.