La telemedicina se consolidó como una pieza estable dentro del sistema de salud y dejó atrás la lógica de emergencia que la impulsó durante la pandemia. La combinación de nuevas tecnologías, dispositivos de diagnóstico remoto y profesionales formados abrió un escenario en el que la atención a distancia se transformó en un complemento directo de la consulta presencial.

“Somos una empresa de tecnología para la salud”, explicó Roberto Bisso, CEO de Diagnóstica. La compañía desarrolla consultorios médicos inteligentes en distintos formatos que permiten a un médico o personal de salud atender a distancia con información clínica transmitida en tiempo real, ampliando la cobertura en zonas donde el acceso era limitado.

Bisso señaló que estos espacios funcionan con un enfermero o auxiliar de salud como primer punto de contacto, mientras que el profesional se conecta de forma remota para dialogar con el paciente y analizar en simultáneo los datos capturados por los dispositivos digitales.

El ejecutivo explicó que estas herramientas forman parte del ecosistema de salud digital, un modelo que integra “hardware, software, historias clínicas electrónicas, recetas digitales y personal capacitado para operar en entornos conectados. La salud digital es el nuevo paradigma. Es la idea de trabajar en un ecosistema de salud conectada, con tecnologías que permiten que la información circule de manera segura y eficiente en función de la atención del paciente”, afirmó.

En este sentido, Bisso resaltó que los médicos se adaptaron rápidamente a estas soluciones. La adopción impulsó también cambios académicos ya que, según comentó, universidades locales e internacionales ya comenzaron a sumar materias y seminarios específicos sobre telemedicina y salud digital, una tendencia que surgió antes de la pandemia pero que se aceleró con fuerza a partir de 2020.