Conseguir un departamento para alquilar es una odisea en la Ciudad de Buenos Aires. Mantener el contrato, como lo establece la ley, por tres años es casi una tarea imposible. En los últimos meses se instaló la tendencia del pago voluntario, un incremento que pide el propietario a sus inquilinos por la alta inflación.
La actual ley establece contratos por tres años con una renovación anual a través de un índice que brinda el Banco Central tomando como referencia la inflación y el incremento de los salarios. Pero, con una inflación de tres dígitos, los propietarios recurren ahora a los pagos voluntarios.
"En algunos casos, a los seis meses de producido el ajuste, acuerdan entre ambas partes, generalmente a solicitud del propietario, el pago de un porcentaje de la renta", contó sobre esta tendencia Jorge Toselli, de JT Inmobiliaria.
Si bien los pagos son voluntarios, en general se establecen porcentajes que van desde el 15% al 20%. "Nunca más de esa cifra y siempre y cuando el contrato transcurra en el tercer año de firmado. De alguna forma, para el inquilino es asegurarse la renovación del mismo", agregó Toselli.
Justamente, una de las principales preguntas que surge ante esta nueva tendencia es qué pasa si el inquilino se niega a abonar ese plus en el alquiler. Para Toselli no hay muchas dudas: "De rechazarse, no se le renueva y rescinde el contrato", dijo.
Los pagos voluntarios se suelen celebrar en el tercer año de contrato con incrementos de entre un 15 y 20%
Los ejemplos se multiplican algunos con mejor final que otros. "Un inquilino que vive en un 3 ambientes en Recoleta, en la calle Uriburu y French, paga mensualmente $ 150.000, pero ese valor en el mercado es de $ 270.000. Hay aceptación en esos casos. Pero hay otros que dicen simplemente: 'Yo cumplo con lo firmado'", resaltó el empresario inmobiliario.
Entre un 15% y un 20% accede a incrementar los alquileres de manera voluntaria, el resto no. "En nuestra empresa tenemos para departamentos de dos ambientes un listado de interesados de 50 clientes para alquilar de forma inmediata. Y para 3 ambientes la lista de espera alcanza los 60 pedidos. Algo totalmente inusual", concluyó.
Para Soledad Balayan, socia de Maure Propiedades, no se trata de una novedad, sino una práctica cada vez más recurrente entre los propietarios. "Tuvimos un caso en donde la propuesta de ajustar el alquiler surgió del propio inquilino porque el precio estaba muy por debajo del promedio. Pero es un caso más excepcional", indicó.
¿Es ilegal?
La práctica es ilegal. Pero, al ser un pago voluntario muchos aseguran que se trata de un acuerdo entre las partes. Ahora, no es obligatorio aceptar esa condición y mucho menos rescindir un contrato en caso de que se rechace.
Según datos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, en los primeros seis meses del año el organismo recibió un total de 2171 reclamos por problemas de vivienda, de los cuales 951 son denuncias de inquilinos por vulneración de sus derechos. Se trata de un 30% más de denuncias que en 2022.
Desde el Colegio de Corredores de la Ciudad de Buenos Aires aseguraron que conocen la práctica pero explicaron que no es algo que les recomiendan a sus matriculados. "Estos pedidos que se incrementan mes a mes generan una fuerte baja en nuestras carpetas de clientes. Prefieren continuar con el contrato de forma independiente", explicó Marta Liotto presidente del Colegio de Corredores de la Ciudad de Buenos Aires (Cucicba).
"Es una situación muy complicada porque se compromete nuestro trabajo, nosotros buscamos cumplir las normas como realmente lo establece la ley", remarcó la empresaria inmobiliaria.
Liotto reconoció que se trata de una práctica cada vez más habitual. "Sin dudas que las malas leyes traen muy malos resultados, posiblemente algunos propietarios en forma independiente pretenden ajustar los valores de las locaciones, por considerar que los mismos han quedado desdibujados en en contexto inflacionario", dijo.