

El lanzamiento de un libro sobre su vida logró que el empresario Alfredo Román dejara atrás su bajo perfil. Con un poder de convocatoria poco común reunió, en el Hotel Hilton, a los empresarios más poderosos del país. Alejandro Bulgheroni, Luis Pagani, Eduardo Eurnekian, Cristiano Ratazzi y Marcelo Mindlin, entre otros. La presentación estuvo a cargo del ex presidente chileno Ricardo Lagos nada menos y desde la primera fila escuchaban Ricardo Alfonsín, Javier González Fraga, Hermes Binner y Alfonso Prat Gay. También pasó Mauricio Macri.
Román es uno de los jugadores más fuertes del sector portuario y logístico y en los últimos años se diversificó hacia los rubros agropecuario y real estate, con inversiones, por ejemplo, en hoteles en los Estados Unidos. Dueño de la flota de transporte pesado más importantes del país, en 1995 fundó Exolgan, la terminal de contenedores de Dock Sud. La vendió en 2008 (hoy conserva el 20%) y luego fue uno de los candidatos más firmes para quedarse con la mitad de Telecom, antes de que el Gobierno aprobara el ingreso de Telefónica.
Pero todo comenzó hace cinco décadas, cuando Román, de apenas 18 años, compraba su primer camión. Durante la presentación de su libro El Legado, editado por Aguilar recordó su origen humilde, que lo llevó a dejar la escuela a los 12 años para trabajar en un taller mecánico. Lo veo como un estigma, así que siempre sigo aprendiendo, señaló. También hubo un capítulo para los momentos difíciles. En 1995 tuvimos que arrancar de nuevo, advirtió. O las dificultades para convencer a distintos gobiernos de que su empresa contaba con la tecnología necesaria para participar de obras como Atucha I o El Chocón Cerro Colorado: Construimos un carretón sin contrato. Me empeñé entero. Como el gobierno no me llevaba el apunte, fui con un camión por la Avenida Callao, doblé en la Avenida de Mayo y enfilé para la Casa Rosada. Me pararon antes, contó y provocó risas en el auditorio. Hubo agradecimientos para los suyos, un auténtico familión formado por sus tres hermanos, seis hijos y 12 nietos. Crecimos porque fuimos muy unidos. Nos sacrificamos mucho, dijo. Luego de la charla, siempre suelto y simpático, dialogó con periodistas:
¿Cómo ve hoy el clima de negocios?
Nos faltan reglas de juego claras. Reconstruir la confianza. No podés lograr la inversión de un socio global que te pueda aportar tecnología si no tenés una visión de largo plazo e instituciones fuertes, que no estén influenciadas por la política de turno.
¿Qué medidas se tendrían que tomar?
Modificar la inflación, que es una consecuencia de la falta de inversión. Lo que propongo en mi libro es un trípode (capital humano, recursos naturales, instituciones republicanas) para poder tener una economía sustentable.
¿Cómo se genera confianza?
Los empresarios tuvimos muchos golpes. Hay un crecimiento enorme, pero no tenemos una estrategia industrial para un desarrollo. No podemos vivir del oportunismo del valor de un commoditie. Estoy convocando y sensibilizando a mis colegas empresarios y a la clase política. Todo esto tiene que arrancar por la familia.










