

.Encasillar y etiquetar a las personas es más común de lo que pensamos, y de esto no se salva ni la psicología. Desde introvertidos y extrovertidos hasta los llamados ambivertidos, existen clasificaciones como el famoso test de Myers-Briggs que agrupa en 16 personalidades. Sin embargo, el psiquiatra estadounidense Rami Kaminski plantea una categoría distinta, oculta a simple vista y apenas conocida: la de los "otrovertidos".
El descubrimiento surgió de un recuerdo personal. Durante su infancia, al jurar como boy scout, Kaminski notó que mientras los demás niños sentían orgullo y pertenencia, él permanecía indiferente. Décadas después, con más de 40 años de experiencia clínica, comprendió que aquella falta de identificación no era apatía, sino la expresión de una personalidad autónoma y resistente a la fusión grupal.

¿Qué significa realmente ser "otrovertido" y cómo se diferencia de un introvertido o extrovertido?
Según Rami Kaminski en su columna para la revista científica NewScientist , el término "otrovertido" describe a quienes no sienten la necesidad de fundir su identidad con un grupo. "Todos nacemos así", afirma, antes de que la cultura nos moldee para pertenecer a colectivos.
La diferencia es profunda, pero clara; mientras introvertidos y extrovertidos siguen orbitando alrededor de la pertenencia, el otrovertido se mantiene en su propio eje. No se trata de aislamiento, sino de independencia emocional frente al peso del pensamiento grupal, sugiere el psiquiatra.
¿Qué ventajas puede tener vivir fuera de la "colmena" social?
Estar al margen de la identidad colectiva otorga beneficios que rara vez se reconocen. "No estás sujeto a las reglas implícitas de un grupo", señala Kaminski, y eso brinda cualidades tan escasas como la originalidad y la independencia.
Al no depender de la validación externa, los otrovertidos se liberan del miedo a la exclusión. "Eres libre de pensar lo que desees", explica el psiquiatra, incluso si eso significa contradecir las ideas dominantes en una sociedad marcada por el tribalismo.
¿La falta de pertenencia implica desconexión con los demás?
Kaminski subraya que nuestra cultura confunde pertenencia con conexión. "No pertenecer no significa carecer de vínculos", sostiene, al contrario: permite fortalecer relaciones profundas al quedar libres del ruido de la popularidad y la aprobación social.
Al estar fuera de la dinámica de chismes, facciones o presiones políticas, los otrovertidos pueden conectar mejor con quienes realmente importan. "Quizá nos enseñen, escribe Kaminski, que la comunidad tiene ventajas, pero también un lado oscuro que debemos vigilar".















