El popular mito que asocia el aumento de peso en los hombres a partir de los 30 años con el matrimonio cae en un error común. Si bien la vida en pareja puede influir en la ganancia de kilos, afectando a ambos sexos por la asimilación de hábitos compartidos, la ciencia apunta a un culpable mucho más determinante: los procesos epigenéticos del envejecimiento biológico.
Así lo explica el Dr. José Viña, catedrático de Fisiología en la Universidad de Valencia, director de la Cátedra de Gerociencia en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) y reconocido autor de más de 350 estudios científicos, incluyendo el libro "La ciencia de la longevidad".
Según el Dr. Viña, experto en longevidad, la conocida "barriguita de los 30" no es producto de circunstancias sociales como la "felicidad conyugal", sino una manifestación fisiológica del inicio del envejecimiento.
Cuál es el verdadero motivo de tener barriga a partir de los 30 años
Alrededor de esta década, el cuerpo finaliza su etapa de crecimiento y maduración para dar paso al proceso de envejecimiento. Este cambio se acompaña de una disminución progresiva de la capacidad metabólica y hormonal, lo que facilita la acumulación de grasa visceral sobre todo en la zona abdominal.
Este proceso es natural, pero su velocidad no es la misma para todos. El experto señala que el reloj biológico del organismo puede ser ralentizado mediante el reloj epigenético, el cual está fuertemente influenciado por los hábitos de vida.
Una alimentación adecuada, la práctica regular de actividad física, un descanso suficiente, y una estimulación intelectual y social constante no solo contribuyen a mantenerse más joven, sino que también retrasan la aparición de enfermedades crónicas.
Cómo retrasar el envejecimiento y evitar la barriga a los 30
El Dr. Viña enfatiza la importancia de adoptar patrones de la dieta Mediterránea tradicional para evitar el aumento de peso a partir de los 30. Esto incluye:
Abundancia de frutas y verduras frescas: Se recomienda incluso una comida diaria basada exclusivamente en fruta para incrementar la fibra y reducir calorías.
Proteínas magras: Priorizar el consumo de aves y pescado (especialmente pescado azul por sus grasas saludables como el omega-3) sobre las carnes rojas y procesadas.
Grasas saludables de origen vegetal: El aceite de oliva, el aguacate y los frutos secos deben ser las principales fuentes de grasa, evitando grasas animales, embutidos y mantecas.
Eliminar ultraprocesados: La bollería, pastelería y snacks industriales, así como otros alimentos ultraprocesados, deben ser suprimidos de la dieta. El exceso de sal también es un factor a evitar por su relación con la hipertensión y el sobrepeso abdominal.
Hidratación: Beber al menos un litro y medio de agua al día es fundamental.
Además de la alimentación, Viña destaca la importancia de comer despacio, masticando con calma y dedicando tiempo a cada comida. "Comer rápido lleva a ingerir más cantidad de comida de la necesaria, favoreciendo el aumento abdominal. Es importantísimo comer despacio... si como deprisa, como demasiado. Y esto es un error tremendo", subraya el experto.