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Utilizar los garrafones de agua como alcancía, participar en tandas y meter el dinero abajo del colchón se mantienen como los métodos favoritos de ahorro entre 58% de los mexicanos que tienen la posibilidad de guardar dinero al final de la quincena, pese a la aceleración y la mejora de las apps bancarias y el crecimiento de las Fintech, señala una especialista de la UNAM.

Durante el “Webinar Propósito 2026: Tu ahorro y salud financiera con visión a largo plazo”, organizado por el Consejo de la Comunicación, Erika Villavicencio-Ayub, Investigadora y Profesora de la División de Estudios Profesionales Facultad de Psicología de la UNAM, señaló que se ha registrado un incremento de las personas que utilizan instrumentos de ahorro formal, pero todavía no es suficiente.
La especialista detalló que en 2021, la participación de la población en instrumentos formales de ahorro creció 21%, mientras que para el año pasado la cifra se ubicó en 30%.
En la mente de los mexicanos, abundó, el ahorro se mantiene como un “recurso para emergencias” y todavía no se considera como un instrumento para la inversión.
En México, promover la educación financiera se ha convertido en una prioridad, tanto para el sector público como privado, pues funciona como un habilitador para impulsar el bienestar de la población.
Por su parte, Karina Villanueva, directora de Inclusión y Educación Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, consideró que los mexicanos desconfían de los métodos de ahorro financieros debido a que los productos que ofrecen los bancos y las fintechs son muy complicados.
“Los productos muchas veces suelen ser complejos y necesitamos que la población tenga el acceso a el entendimiento de cómo funciona cada uno de estos productos y servicios financieros. Muchas veces es complejo entender cómo funciona un seguro, los productos de inversión y también las Afore. Sigue siendo complejo incluso para las personas que estamos en el sector”, lamentó.
Además, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, en el país uno de cada cuatro mexicanos no cuenta con ningún producto financiero, es decir, cuentas de ahorro, nómina, inversión ni tarjetas de crédito.
Estrés financiero, una triste realidad
La especialista de la UNAM mencionó que en el país siete de cada 10 personas sufren algún tipo de estrés financiero.
Este tipo de estrés afecta a las personas que sienten que el dinero no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas, o bien, cuando sienten que las deudas son inmanejables.
Este tipo de malestar puede derivar en problemas de salud física y mental, como la hipertensión, la ansiedad y la depresión, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Financiera, elaborada por la Condusef.
“Las mujeres tienen un nivel mayor de estrés financiero. El 30% no tiene dinero suficiente para cubrir gastos básicos y en cuestiones de confianza, solo 39.6% se siente capaz de administrar día con día sus gastos a futuro”, mencionó Erika Villavicencio-Ayub.
Al hacer la comparativa por género, la especialista aclaró que por cada tres hombres con estrés financiero, hay seis mujeres que atraviesan por este problema.
Mencionó que las personas entre 36 y 55 años, que son las que reportaron un mayor índice de estrés financiero, también son quienes más participan en los esquemas de ahorro formal.
“Los que menos productos de ahorro tenían eran las personas o los adultos mayores de 66 años, solo 0.3% tenía un mecanismo de ahorro formal”, detalló la especialista de la UNAM.
Apuestan por la capacitación
Desde la Secretaría de Hacienda, la academia y el sector privado, la apuesta es similar: es urgente mejorar el acceso a la educación financiera para mejorar la situación económica de las familias mexicanas.
Villavicencio-Ayub dijo que la educación financiera permitirá reducir el alto porcentaje de estrés financiero.
“Hay que trabajar en generar conocimientos, en generar herramientas que ayuden a los mexicanos en diferentes aspectos, como la construcción de resiliencia emocional y un sentido de autoeficacia. Si la gente se percibe autoeficaz en el manejo de sus finanzas, pues eso seguramente va a tener un impacto hacia su bienestar financiero”, consideró.
Otro factor que es necesario mejorar es la inclusión, especialmente de los adultos mayores en la digitalización de los bancos.
Para Felipe Pérez Sosa, director del Centro Financial Access, Inclusion and Research (FAIR) de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, los adultos mayores son más propensos a los fraudes, pero no tienen falta de capacidad ni de entendimiento de la tecnología, sino que no tienen confianza en las apps.
“Si un adulto mayor usa una aplicación, no ve una persona que le ayude, y sufren un fraude, se quedan con desconfianza y sienten que no son aptos para vivir en el mundo moderno”
Para corregir esta tendencia, es necesario que las entidades financieras sean empáticas, porque si bien la tecnología ayuda mucho, el cambio no debe ser tan brusco y obligar a los adultos mayores a adaptarse a los servicios financieros a través de la tecnología.
Ojo con los montos y las multas
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) intensificará sus controles sobre las prácticas de ahorro informal que tradicionalmente formaron parte de la cultura económica del país.
Esta decisión del SAT representa un giro en la manera como el gobierno supervisa las finanzas personales de los contribuyentes, como las transacciones que ocurren fuera del sistema bancario formal o que no quedan se documentan ante el fisco.
Cuando los movimientos bancarios relacionados con estas prácticas superen el umbral de MXN 15,000 sin una declaración apropiada, los participantes enfrentarán consecuencias que van desde multas económicas hasta revisiones exhaustivas de su situación fiscal.
El SAT pedirá que quienes participen en estos círculos documenten cada operación, identifiquen a todos los involucrados y especifiquen las fechas exactas de cada transacción.













