La Casa de Moneda de México (CMM) ha puesto en marcha un ambicioso plan de transformación para las monedas de 1, 2 y 5 pesos, con el objetivo de optimizar la producción y reducir costos. A partir de ahora, las denominaciones verán cambios significativos en sus diseños.
Según el Programa Institucional de la CMM, estas denominaciones clave comenzarán a fabricarse con núcleos de acero recubierto con bronce, utilizando una técnica conocida como electrodepositado o electrochapado. Esta medida marca el fin de la tradicional aleación de bronce-aluminio en los centros de estas piezas y se implementará a partir de este mismo ejercicio fiscal, es decir, en 2025.
¿Qué monedas dejarán de circular?
El programa no prevé alteraciones en los diseños actuales de las monedas. La decisión de migrar a un material más económico y eficiente busca asegurar una producción sostenible ante la constante demanda de efectivo en el país.
Por ahora, las monedas de 50 centavos y las de 10 pesos mantendrán su composición actual y no están contempladas en este cambio de material. El Programa Institucional de la CMM tampoco indica su retiro inminente de la circulación. De hecho, el Banco de México (Banxico) ha confirmado que su producción continuará de forma regular, garantizando la normalidad de su uso en transacciones diarias.
Además de la modernización de las piezas de menor valor, el Banco de México mantiene un proceso activo de retiro de circulación para una docena de monedas. Las monedas se retiran de manera gradual y dejarán de ser vistas en el día a día.
Nueve de ellas pertenecen a la Familia C, incluyendo siete monedas conmemorativas de 100 pesos, la de 10 centavos, y la de 20 pesos conocida como “Señor del fuego”.
Las tres piezas restantes son de la antigua Familia B (Nuevos pesos): la de 10 centavos, la de 20 pesos (con la imagen de Miguel Hidalgo y Costilla) y la de 50 pesos (con los Niños Héroes).
¿Pierden valor las monedas en retiro de circulación?
A pesar de encontrarse en la lista de retiro, es crucial entender que todas las monedas mencionadas conservan su poder liberatorio. Esto significa que los ciudadanos pueden seguir utilizándolas sin problema para realizar cualquier tipo de pago. Sin embargo, su estatus cambia una vez que llegan a una institución bancaria. En ese momento, los bancos están obligados a separarlas y entregarlas al Banco de México para su retiro definitivo de la circulación, impidiendo así que vuelvan a manos del público.
La transición hacia cospeles de acero recubierto de bronce en las monedas de 1, 2 y 5 pesos es un paso significativo en la modernización de la acuñación en México, alineando el proceso con estándares internacionales de eficiencia y sostenibilidad.