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Expertos en historia bíblica y teología han vuelto a poner el foco sobre un texto apócrifo de 2000 años de antigüedad que ofrece una visión completamente inédita —y para muchos, perturbadora— de la figura central del cristianismo. Se trata del llamado “Evangelio de la Infancia de Tomás”, un manuscrito que la Iglesia primitiva decidió excluir del canon oficial y que relata episodios de la niñez de Cristo muy alejados de la imagen tradicional de Cristo.

Este “evangelio olvidado” narra la vida de Jesús alrededor de sus cinco años de edad. Lejos del niño obediente y sabio que presentan las escrituras aceptadas como las de Lucas o Mateo, este texto describe a un joven Mesías con poderes sobrenaturales que utiliza de forma caprichosa y, a veces, letal.

Los “milagros oscuros” que aparecen en un versículo perdido

El manuscrito detalla una serie de milagros que Jesús habría realizado en su infancia. Uno de los pasajes más “inocentes” relata cómo el niño dio vida a unos pájaros hechos de arcilla, un acto que, aunque milagroso, ya mostraba su capacidad de alterar la naturaleza a voluntad. Sin embargo, el tono del texto cambia drásticamente en otros versículos.

Según la información revelada por los expertos, el documento describe escenas de violencia explicita. En uno de los episodios más polémicos, un niño choca accidentalmente con Jesús mientras juega. La reacción del joven Mesías no es de perdón, sino de furia: lanza una maldición sobre el niño, quien cae muerto al instante.

La primera cita conocida del Evangelio de la infancia de Tomás es de Ireneo de Lyon, alrededor del año 180 d. C., quien lo califica de espurio y apócrifo. Los estudiosos coinciden en general en situarlo a mediados o finales del siglo II d. C. Existen dos documentos del siglo II, la Epistula Apostolorum y la Adversus haereses de Ireneo.

Este comportamiento, descrito en el texto apócrifo, sugiere una personalidad vengativa y temperamental, donde el poder divino se ejerce sin el filtro de la madurez o la misericordia que caracterizan al Jesús adulto de los Evangelios Canónicos.

Uno de los debates históricos trata de la autenticidad de estos escritos.
Uno de los debates históricos trata de la autenticidad de estos escritos.

Un desafío para la Iglesia y la historia oficial

El contenido de este evangelio apócrifo explica por qué los líderes de la Iglesia primitiva optaron por censurarlo y dejarlo fuera de la Biblia. Otro pasaje narra cómo Jesús, tras ser confrontado por los padres del niño al que había matado (y a otro al que marchitó por dispersar el agua de un estanque), decide castigarlos dejándolos ciegos.

Para los historiadores, este hallazgo es una pieza fundamental para entender la diversidad de creencias en el cristianismo temprano. El texto, atribuido a “Tomás el Israelita”, muestra que antes de que se estableciera el canon oficial, existían múltiples interpretaciones sobre la naturaleza de Cristo. Mientras la versión oficial resalta su humanidad y santidad desde el nacimiento, este relato alternativo presenta a un “niño divino” que aún debía aprender a controlar su inmenso poder.

Aunque la Iglesia no reconoce este texto como palabra de Dios, su estudio ofrece una ventana fascinante a las tradiciones orales y escritas que fueron suprimidas para construir la religión tal como la conocemos hoy en México y el mundo.