Santa Escritura

El Papa Francisco predicó sobre el amor y el perdón de Dios: "Siempre nos levanta de la muerte"

Este es el versículo de la Biblia que el papa Francisco compartió para que te guíe este martes.

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El papa Francisco ha compartido este martes, 4 de febrero de 2025 en la página oficial del Vaticano la prédica del día para guiar a todos los cristianos con la palabra divina de Dios. Además, señaló las lecturas de la Biblia en las que se basa.

La prédica del Santo Padre habla sobre la cercanía de Dios en nuestros sufrimientos y su deseo de levantarnos y sanarnos, sin juzgarnos ni avergonzarse de nosotros.

La palabra de Dios para este día (foto: Pixabay).

La lectura de la Biblia de este martes 4 de febrero

Si bien la Sagrada Escritura cuenta con miles de años, la palabra de Dios siempre tiene un mensaje de aliento que sirve como guía para la vida diaria. Por ello, es necesario tener presente los siguientes versículos de Hebreos:

Lectura de la carta a los Hebreos 12, 1-4

Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. Él, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.

Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores y no se cansen ni pierdan el ánimo. Porque todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra el pecado.

Los versículos de la Biblia para este día (foto: Pexels).

Los versículos de la Biblia para este martes 4 de febrero

Evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva". Jesús se fue con él y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.

Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.

Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?" Sus discípulos le contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?'" Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".

Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?" Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.

Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: "¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida". Y se reían de él.

Entonces Jesús echó fuera a la gente y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!", que significa: "¡Óyeme, niña, levántate!" La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

La prédica del papa Francisco para este día (foto: Pexels).

La palabra del papa Francisco para el martes 4 de febrero

El Papa Francisco ha compartido una profunda reflexión sobre la cercanía de Dios en medio del sufrimiento humano durante su reciente Ángelus. En su mensaje, enfatizó que Dios no se aleja de nuestras heridas ni nos juzga, sino que se acerca a nosotros con amor y compasión. "Siempre nos levanta de la muerte", afirmó, recordando que, a pesar de nuestras imperfecciones y pecados, Dios nos toma de la mano y nos invita a seguir adelante.

El pontífice subrayó la importancia de reconocer que, aunque Jesús se hizo pecado por nosotros, su amor y sacrificio nos ofrecen la oportunidad de renacer y sanar. "Dios es el que te toma de la mano y te levanta", dijo Francisco, instando a los fieles a interiorizar esta imagen de un Dios que se deja tocar por nuestro dolor y nos ofrece una nueva vida. Su mensaje resuena como un llamado a la esperanza y a la confianza en la misericordia divina.

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