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Las logias masónicas son vistas como custodias de antiguos secretos y conocimientos esotéricos, lo que incrementa el interés por conocer más sobre ellas y, en particular, por formar parte de ese selecto grupo de eruditos. Este atractivo se ve acentuado por el aura de hermetismo y misterio que las rodea, lo que provoca la curiosidad de muchos, así como el recelo de ciertas religiones o tribus de élite. La dificultad de acceso, especialmente para las mujeres, añade una dimensión intrigante a este fenómeno.

La participación femenina en las logias masonas: un camino hacia la inclusión

En el contexto del siglo XXI, las mujeres continúan enfrentando una intensa lucha por alcanzar la igualdad de derechos en relación con sus contrapartes masculinas. Esta batalla, que se manifiesta tanto en el ámbito privado como en el religioso, se torna aún más compleja en espacios donde la historia ha perpetuado la idea de la superioridad masculina. Aquellas que logran ingresar a una logia masónica mixta son conscientes de que están accediendo a un entorno donde estas dinámicas han sido profundamente arraigadas.

Para una mujer, ingresar en una logia masónica puede significar desafiar tradiciones profundamente enraizadas y aventurarse en un ámbito exclusivo, que fomenta el crecimiento personal, la fraternidad y la búsqueda del conocimiento.

La pionera femenina en la masonería: la primera mujer masónica de la historia

La masonería, a lo largo de su historia, ha estado rodeada de mitos y leyendas, siendo el relato sobre la primera mujer masona uno de los más intrigantes.

En la actualidad, es común encontrar retratos y cuadros de Elizabeth Aldworth en diversas logias masónicas de Irlanda, incluyendo la Gran Logia de Irlanda. Elizabeth Aldworth, del siglo XVII, es reconocida como la primera mujer en ser iniciada en la masonería.

En 1712, tras haberse quedado dormida en la biblioteca de su hogar, presenció una reunión y los rituales de la logia masónica, lo que llevó a los miembros a admitirla accidentalmente en su logia en Irlanda.

Hija de Arthur St Leger, 1er Vizconde de Doneraile, contrajo matrimonio con Richard Aldworth en 1713. Aunque la fecha exacta de su iniciación, que tuvo lugar entre 1710 y 1712 y la logia en la que ocurrió son inciertas, su legado perdura, siendo recordada por su contribución a la apertura de la masonería a las mujeres y su generosidad hacia la beneficencia masónica.

Existen diversas teorías y afirmaciones sobre quién fue la primera mujer admitida en una logia masónica; sin embargo, no hay un consenso absoluto al respecto, aunque la historia señala a Elizabeth Aldworth como la primera mujer masón oficial.

Una de las pioneras femeninas en la masonería según la historia

En el siglo XIX, la periodista y escritora Maria Deraismes fue iniciada en 1882 en la logia "Le Droit Humain" en Francia, un acontecimiento que representó un hito significativo en la historia de la masonería.

Deraismes se destacó por desafiar las limitaciones impuestas por el género y abogar por la igualdad de derechos de las mujeres, tanto en la sociedad como en el ámbito masónico.

Su papel como defensora de los derechos de las mujeres no solo transformó la percepción de la masonería, sino que también sentó las bases para la inclusión femenina en esta organización.

El legado de Maria Deraismes se manifiesta a través de su contribución a la masonería y los ritos masónicos, promoviendo la igualdad de género y ampliando el acceso de las mujeres a esta tradición.