Un equipo de científicos de la Universidad de Pekín, liderado por Pengjun Zhao, ha publicado un artículo que proyecta que el Ártico se transformará en una ruta marítima viable, alterando de manera significativa el futuro del comercio naval a través de la conocida "ruta del norte".
La investigación, publicada enCommunications Earth & Environment, examinó cómo el cambio climático podría facilitar la navegación para el año 2100.
La nueva ruta que podría facilitar el comercio naval
En la actualidad, el Ártico está experimentando un calentamiento que es el doble de rápido que, en el resto del planeta, lo que está llevando a una disminución del hielo marino.
Se estima que, en un futuro cercano, el hielo marino podría desaparecer por completo, lo que abriría nuevas rutas de navegación para el comercio internacional.
Una de estas rutas emergentes es la del Mar del Norte, que podría permitir a los barcos cruzar directamente entre Europa y Asia, reduciendo la distancia de viaje en un 40% y el tiempo de transporte en un 30% en comparación con las rutas tradicionales.
Este cambio no solo implicaría una reducción en el consumo de combustibley en las emisiones de carbono, sino que también mejorarían la eficiencia del transporte global.
Los estudios sobre la viabilidad de navegación han considerado dos tipos de embarcaciones: los buques deClase Polar 7, diseñados para operar en condiciones de hielo, y los buques de aguas abiertas, que actualmente no pueden navegar por estas áreas durante el invierno.
Los análisis indican que hacia el año 2100, los buques Clase Polar 7 podrían navegar casi todo el año, mientras que los buques de aguas abiertas podrían extender su temporada de navegación.
De esta manera, se espera que los días navegables para los buques de Clase Polar 7 aumenten de 199 días en 2023 a 301 días en 2100. Para los buques de aguas abiertas, se proyecta un aumento de 195 a 247 días.
¿Qué consecuencias tendrá?
Más allá de lo económico, las nuevas rutas marítimas podrían cambiar el comercio mundial y las relaciones internacionales. Además, podría cambiar las dinámicas de trabajo y la distribución industrial entre los países.
Factores como el clima extremo, las condiciones impredecibles del hielo y la carencia de infraestructura de apoyo adecuada representan obstáculos significativos. La región aún continúa siendo hostil y peligrosa para la navegación.
Además, la apertura de las rutas marítimas en el Ártico plantea importantes cuestiones geopolíticas. La gobernanza y la regulación del tránsito a través de estas nuevas vías requerirán cooperación internacional y acuerdos claros.