

Mientras el mundo se desintegra de forma fragmentada en guerras sectorizadas que no parecen tener una salida pacífica y pronta, potencias nucleares como Rusia mantienen mucho más activas sus estrategias para tener el control y el poder del "orden". Ahora, la expulsión de agentes rusos tras la invasión de Ucrania obligó a Moscú a renovar su red de espionaje.
En su lugar, el Kremlin recurre ahora a adolescentes vulnerables, como el canadiense Laken Pavan, detenido en Polonia por colaborar con el FSB, según reveló una investigación especial de Reuters.
Pavan fue reclutado en Donetsk y operaba bajo las órdenes de un agente ruso identificado como "Slon". A través de Telegram y con pagos en bitcoin, fue instruido para recabar información militar en Europa. "Listo, te envié el primer lote de dinero", le escribió su contacto, según documentos judiciales citados por Reuters.

El adolescente confesó a la policía polaca su implicación en actividades de espionaje. Las autoridades europeas advierten sobre un patrón: el FSB usa jóvenes por su bajo perfil, facilidad de manipulación y situación económica, en una ofensiva encubierta que combina sabotaje, desinformación y presión psicológica, indicó un funcionario de la OTAN.
Telegram y bitcoin: las nuevas armas del espionaje ruso
La elección de plataformas como Telegram permite al FSB mantener la comunicación con jóvenes como Pavan sin ser detectados fácilmente. Además, el uso de criptomonedas garantiza el anonimato de las operaciones. Reuters identificó una billetera digital que financió a Pavan y ha procesado más de 600 millones de dólares desde 2022.
"Me pregunté quién pagaría este viaje porque quería saber qué estaba pasando", dijo la madre del joven, Andelaine Nelson, al referirse al repentino viaje de su hijo a Rusia.
Por su lado, desde la organización Telegram comentan que "el reclutamiento para la violencia o la destrucción de propiedad está explícitamente prohibido por los términos de servicio de Telegram, y dicho contenido se elimina en cuanto se descubre. Moderadores, con herramientas personalizadas de inteligencia artificial y aprendizaje automático, monitorean proactivamente las secciones públicas de la plataforma y aceptan reportes para eliminar millones de contenido dañino cada día, incluyendo incitaciones a la violencia". A esto agregan que "Telegram es una plataforma para la libertad de expresión pacífica, no una herramienta para la guerra".
Para ocultar su paradero, Pavan incluso perdió intencionadamente su pasaporte. Su historia es una clara muestra de la sofisticación y crueldad del reclutamiento: promesas de ciudadanía rusa o amenazas de muerte si no colaboraba.

La "guerra híbrida" rusa que involucra a adolescentes en el frente invisible
Desde 2022, al menos 12 menores en Europa fueron arrestados por espionaje o sabotaje vinculado a Rusia. "No se trata de profesionales entrenados", declaró un alto funcionario de la OTAN a Reuters, alertando sobre la gravedad de estas prácticas. Moscú, por su parte, niega las acusaciones y acusa a Occidente de apoyar al "terrorismo ucraniano".
El caso de Pavan, según Reuters, expone cómo Rusia adapta sus métodos a la era digital del 2025: redes sociales, reclutamiento en zonas ocupadas y pagos invisibles. El FSB no necesita espías clásicos si puede moldear, con presión y promesas, a jóvenes occidentales dispuestos a servir a su causa.















